
LAS DIVINAS PALABRAS DE ERNESTO MEDINA | 22 ABRIL 2025 |
Jaén - Publicado el
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Ficha técnica. Título original: Room service. Título en español: El hotel de los líos. Año de estreno: 1938. Director: William A. Seiter. Reparto: Los hermanos Marx: Groucho, Harpo y Chico. Duración: 78 minutos. Blanco y negro. Producida por RKO Radio Pictures.
Un clásico. Una de las obras maestras de los Hermanos Marx. He de suponer que cuando Fernando Arévalo escribía en sus artículos el “Hotel de los líos” referido al Ayuntamiento de Jaén tenía en mente la película. También supongo que asociaba el surrealismo cinematográfico de los Hermanos Marx a los enredos municipales. Sin embargo, tengo por seguro que Fernando Arévalo jamás hubiera imaginado ni en sus más delirantes hipótesis que el edificio consistorial podría convertirse en un hotel. Sensu estricto. Nada de juegos de palabras ni metáforas. Tal cual. Un hotel de cinco estrellas con vistas a la Catedral de Jaén.
Al menos ésa es una de las propuestas que Julio Millán, a la sazón alcalde de la capital, expuso en una charla pronunciada hace unos días. Cito textualmente algunas de sus frases: “Una edificabilidad de en torno a 8.000 metros cuadrados que permitirían albergar un gran hotel de cinco estrellas con más de 140 habitaciones, (…) Contamos con un primer estudio de viabilidad (…) y contactos con empresarios relevantes de la provincia y de fuera de ella para que se pueda ejecutar este proyecto y sea una realidad”. Si quieren se lo vuelvo a leer, pero les aseguro que no es un bulo o una maldad propalada para poner en solfa al regidor. Obviamente es una iniciativa para reducir la deuda, pero de ocurrencias ya andamos sobrados en nuestra ciudad como para añadir otro dislate al repertorio.
Una capital de provincias que vende el edificio consistorial. Volveríamos a ser tristemente portada de todos los medios. Cuando estamos conmemorando 1200 años de capitalidad, entregamos el inmueble que la simboliza. Un paso más para convertirnos en una ciudad fallida, en la que sus habitantes son desprovistos de otro elemento de autoestima. Jaén, los giennenses pretéritos, actuales y venideros no merecen este oprobio. Han pasado, y continuarán pasando, como hojas muertas sin dejar más recuerdo que su incompetencia e indignidad, los munícipes de diverso signo político. Pero la Ciudad permanecerá. Con sus símbolos, sus enseñas y su inmanencia. Jaén nos sobrevivirá per saecula saeculorum. Suplico es que la tratemos con un mínimo de respeto. Sería preferible que la relación fuere de amor. Pero me temo que pido un imposible.
Palabras, divinas palabras.



