El párroco de Huelva que usa la IA y oficia misa en POV
Francisco Javier Real, sacerdote e investigador en teología, utiliza gafas de realidad aumentada para retransmitir los actos litúrgicos desde su perspectiva y acercar el Evangelio a través de las redes sociales.

Entrevista a Francisco Javier Real, sacerdote de San Juan del Puerto
Huelva - Publicado el
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En tiempos en los que la tecnología avanza a pasos agigantados, hasta las parroquias más tradicionales encuentran en lo digital una oportunidad para renovarse. Francisco Javier Real, párroco de San Juan del Puerto, lo tiene claro: “O usamos el lenguaje digital para acercarnos a la gente o perdemos muchísimo contacto”. Por eso, ha decidido innovar en el púlpito y llevar la misa al punto de vista del sacerdote… literalmente.
Desde hace semanas, Francisco Javier transmite sus oficios litúrgicos a través de unas gafas inteligentes conectadas a redes sociales. Esta iniciativa forma parte de un plan más amplio impulsado por su diócesis, que ha creado la Delegación de Evangelización Digital con el objetivo de acercar el mensaje del Evangelio a través de las plataformas más populares. El párroco, doctor en teología y apasionado por la inteligencia artificial, encontró la oportunidad perfecta cuando un óptico del pueblo le ofreció probar unas gafas de Meta con capacidades de grabación y conexión a IA. “Las probé y me enamoraron”, confiesa.
O usamos el lenguaje digital para acercarnos a la gente o perdemos muchísimo contacto"
Párroco de San Juan del Puerto
Con este dispositivo, Real graba las misas desde su punto de vista y las comparte en plataformas como Facebook, Instagram, WhatsApp, e incluso en YouTube o TikTok. Las gafas permiten grabar vídeos, tomar fotografías, hacer llamadas, escuchar música y hasta interactuar con una inteligencia artificial, todo con una estética sencilla pero funcional. “Son geniales para mostrar el punto de vista de quien las utiliza”, explica.

Francisco Javier Real, párroco de San Juan del Puerto
Aunque aún es pronto para medir el impacto real de la propuesta, el sacerdote subraya que el objetivo va más allá de las cifras: busca abrir una puerta a quienes no tienen contacto con la Iglesia. “El contenido digital puede ser ese primer clic que haga que alguien se plantee cosas que de otro modo no se preguntaría”, comenta.
El proyecto no ha sorprendido a sus compañeros del clero, quienes ya conocen su interés por el mundo digital. Aun así, reconoce que en el ámbito eclesiástico existen ciertas resistencias. “No es reticencia, es más bien dificultad para comenzar a utilizar este lenguaje. Pero o nos adaptamos, o perdemos a miles de personas”, advierte.
Además de en sus misas, Francisco Javier utiliza la inteligencia artificial en su día a día como docente universitario. La emplea para buscar documentación, generar materiales educativos, crear vídeos y presentaciones, e incluso para inspirarse en la preparación de sus homilías. “No sustituye al ser humano, pero facilita mucho el trabajo”, asegura. Sin embargo, también insiste en la necesidad de aplicar un filtro crítico: “Hay que supervisar lo que nos ofrece, porque a veces mezcla ideas que no corresponden a la doctrina católica”.
Para este sacerdote del siglo XXI, las herramientas tecnológicas son aliadas, no amenazas. Su uso responsable, reflexivo y creativo permite no solo mejorar la enseñanza y la predicación, sino también cumplir con una misión esencial: hacer que el mensaje de Jesús resuene en los rincones donde hoy se comunica el mundo: las redes sociales.
“Si nos perdemos eso, perdemos la batalla”, sentencia. Una afirmación que, viniendo de un párroco con gafas inteligentes, suena a profecía tecnológica.