Ayer leí en la prensa que el cantante Manuel Carrasco había “vuelto al cole” de su infancia, el CEIP “Reina María Cristina”.

El hecho de que un triunfador, como él, quiera volver a sus raíces educativas, es una actitud de quien sabe que es bueno mirar hacia atrás, para no olvidar de donde vienes.

En la vida nos irá mejor si somos capaces de mirar en cuatro direcciones: Adelante, para saber hacia donde va. Atrás, como ha hecho “el Lolo”.

Abajo, para fijarte si no está pisando a alguien en el camino, A los lados, para ver quien te apoya, sin pedir nada a cambio.

Dicen las crónicas, “que Manuel Carrasco ha vuelto a teletransportarse a su infancia”, al visitar su colegio de niño en la barriada Punta del Caimán de isla Cristina.

Los escolares, de forma espontánea, lo recibieron en el Centro, (imagen) cantando el tema musical: “Qué bonito es querer”.

No pudieron elegir otra letra mejor para la ocasión de la “vuelta al cole” del ídolo de Isla, pueblo de Huelva, situada en “la orilla del mar, del agua que rompe, cuando se pone valiente y no sabe frenar...”

El estribillo de la canción: “Qué bonito es saber” es un programa de amor. ¡Mira lo que dice!.

“Qué siempre estás ahí /. Quiero que sepas que voy a cuidar de ti /Qué bonito es querer y poder confiar. Afortunado yo por tener tu amistad...”.

Estoy seguro de que fue muy feliz en el colegio de su infancia, sin secretos, caretas ni mentiras, donde todo era verdad.

El gesto de Manuel Carrasco refleja, con luz propia, la mejor y verdadera versión de si mismo, y cuestiona su canción: “No soy un ejemplo de nada y para nadie”.

Es la humildad, la verdad y la humanidad de quien, con su “vuelta al cole”, a las raíces de su Infancia y juventud, nos ha dado un gran ejemplo. ¡BUENOS DÍAS!.

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