Foto: Capote de Pasión

El cartel de este sábado en la Plaza de Toros de Granada estaba muy bien rematado. Roca Rey es el torero de mayor atractivo de nuestro tiempo, Enrique Ponce un ejemplo de profesionalidad y calidad, además de torero muy querido en la Monumental de Frascuelo y Juan Ortega un diestro debutante en este coso, que era esperado con gran interés por público y aficionados. La ganadería, Daniel Ruiz, ha cosechado sonoros triunfos en este recinto, como aquel mítico Cortesano que indultó El Fandi en 2002. La tarde respondió a las expectativas. La sensación fue que prácticamente se cubrió una parte importante del aforo permitido.

Ponce

La primera faena de valenciano sucedió bajo la lluvia. Después de este toro, el fenómeno meteorológico cesó. Ponce recibió de capa con maestría, dominó por abajo en la muleta, mostró circulares, se gustó al natural y rubricó finalmente con molinetes e incluso se mostró genuflexo. Una estocada tendida y trasera acabó con la vida del astado. Dio la sensación de que se había hecho daño al entrar a matar. Obtuvo una oreja.

Su segunda faena tuvo el temple y el ritmo de un maestro. Público y torero se entregaron. Hubo emoción y belleza plástica, personalidad y detalles inolvidables, como algún pase circular. Al entrar a matar clavó media y volvía a parecer que le dolía el brazo. Tuvo que recurrir al descabello. Esta circunstancia con los aceros, le impidió la concesión de trofeos.

Juan Ortega

Entre los nuevos valores de la tauromaquia, el nombre de Juan Ortega tiene un lugar importante. Este viernes debutó en Granada. Su primer toro fue devuelto a los corrales por sus circunstancias físicas y salió un sobrero. Le costó conectar con el público. Mató a la primera.

En el segundo hizo un buen quite por chicuelinas, comenzó la faena de muleta con unos ayudados por alto y destacó una tanta por la derecha. La suerte suprema fue ejecutada con media y descabello. Consiguió una oreja.

Roca Rey

Desde que saltó a albero, Roca Rey acaparó la atención del público. Su presencia en Granada había levantado expectación y no defraudó. Chicuelinas en el quite, brindis al público de Granada y recepción con la muleta desde el centro a pies juntos, con pase cambiado, desatándose la emoción. Hubo toreo circular. El astado tenía las fuerzas precisas. A la hora de matar pinchó y luego clavó abajo. Ahí menguó su éxito, pero obtuvo una oreja.

En el último de su lote, que recibió una extraordinaria y bien ejecuta puya, destacó por la derecha, aguantando al toro a pies juntos y otra vez apareció la lidia circular, en este caso invertida. De nuevo los trastos de matar le fueron esquivos. Una estocada trasera, un pinchazo y un descabello, dejaron al final el premio en una oreja, que sumada a la anterior, le permitió salir por la Puerta Grande.

En suma, una tarde atractiva y que estuvo a la altura de las expectativas levantadas. Un buen espectáculo taurino.