Foto: Festival de la Guitarra

La Peña la Platería acogió en sus jardines, con motivo del V Festival Internacional de la Guitarra de Granada, la actuación del alicantino Alejandro Hurtado, guitarrista que es a la vez flamenco y clásico, aunque actualmente prima más lo primero. Concitó la atención propia de quien ha obtenido el Bordón Minero, uno de los galardones de mayor prestigio en el mundo de la guitarra flamenca, y no defraudó.

Comenzó por granaínas. Suele ser habitual este inicio al llegar a la patria de la guitarra española. Continuó su senda flamenca por alegrías. Hizo una incursión en los clásicos, con la complejísima Gran Jota de Tárrega, obra de grandes exigencias con la que encandiló al público, exhibiendo una capacidad interpretativa admirable. Después volvió a lo flamenco. Unas veces eran temas propios, otros de reconocidos maestros como Manolo Sanlúcar. En algunos momentos de la actuación se apoyó en las extraordinarias percusiones con palmas y nudillos sobre madera de Jorge del Pino y Daniel Morales.

Alejandro Hurtado es un joven valor de la guitarra que pese a su edad ya muestra una madurez extraordinaria. Su dominio del compás y la acertada ejecución, le permitieron lograr una actuación exitosa en un escenario que está entre los más exigentes del universo flamenco. Todo además, con la magia paisajística del enclave albaycinero donde tiene su sede la Peña la Platería, que se dibuja como espacio idóneo para la celebración de este tipo de conciertos, en medio de un ambiente repleto de aficionado “cabales” que reconocieron en Hurtado a un guitarrista de la zona privilegiada del escalafón.