Son una familia de seis que en Navidad se multiplica por 5. Los Palma Zapata viven en la capital granadina y son una familia “católica por lo que vivimos estas fechas desde el adviento con mucho cariño” asegura la madre, Alejandra Zapata, que como experta en comunicación alecciona al resto de la familia a como comportarse delante del micrófono y como expresarse, la complicidad entre ellos es palpable y antes de comenzar insisten en que “tenemos muchas anécdotas navideñas”.

Javier Palma, el padre, tiene claro que estar juntos todos es lo más importante ya que su hijo mayor, también llamado Javier, estudia y vive en Pamplona. Luego Antonio de 15 años, Alejandra de 13 y Ana de 9 años conforman un equipo imparable, también en Navidad. De hecho, recuerdan que el hermano mayor “cumple 18 años el 25 de diciembre”.

La tradición del Belén y los mantecados

En los días previos a la llegada de la Navidad, la familia monta el Belén y para hacerlo aún más importante y divertido se eligen un personaje para poder representarlo delante de los demás. Antonio es el lechero “porque, siempre, a mi hermano y a mi nos gusta mucho la leche”, Ana es la costurera “porque le lleva ropa al Niño” y Alejandra decide siempre ser la pastora “ para darle la lana a mi hermana para la ropa del niño”, el padre es siempre “un pastorcillo, me encanta” y la madre, Alejandra, “siempre quiero ser un burro, siempre lo pido en la carta de los Reyes y nunca me lo han traído”. Es una manera diferente de acercarse al Belén y a la espera del Niño Jesús.

Algo muy importante para los Palma Zapata es “ir todos juntos al Albaicín a comprar mantecados”, son muchas las bolsas que salen llenas de la tienda, de hecho “el año pasado compramos muchos, y el día 25 tuvimos que volver a comprar porque se habían acabado”. Dicen entre risas.

La Nochebuena en casa de los abuelos paternos en Granada y la nochevieja en casa de los abuelos maternos en Melilla, marcan los días grandes de la Navidad hasta que llega una de las grandes fechas para nuestra familia granadina, la cabalgata.

Las pequeñas se montan en carrozas y tienen pactado echar caramelos a sus primos cuando los vean. Antonio cuenta que un año “iba muy nervioso, quería tirarle todos los caramelos de una bolsa a mis primos pero me equivoqué y le tiré la bolsa sin abrir, tuvimos muchas chucherias” cuenta el segundo de los hijos mientras todos lloran de la risa al volver a escuchar la anécdota.

El día de Reyes es especial en casa de los Palma Zapata, sus Majestades guardan y esconden los regalos por toda la casa “yo llegué a encontrar uno a las siete de la tarde” dice Antonio.

Una familia, especial, que vive la Navidad, a su manera, con mucho cariño.