La joyería de Córdoba sella su futuro: la Indicación Geográfica Protegida es inminente

El sector joyero cordobés está a punto de alcanzar un hito clave para su futuro: la obtención de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), un sello que busca reforzar su identidad, blindar su calidad y potenciar su proyección internacional. Según Isidoro García-Escribano, presidente de la Asociación de Joyeros de Córdoba San Eloy, el documento definitivo se presentará antes de final de año y la respuesta de la oficina europea podría llegar en un plazo de seis meses.

Esta distinción no cambiará "la esencia del trabajo" del día a día, pero sí "refuerza la trazabilidad, la transparencia y el prestigio de cada pieza que sale de nuestros talleres", explica García-Escribano. El objetivo es que Córdoba, que ya tiene un lugar en el mapa mundial de la joyería, disponga de un reconocimiento especial que aporte orden y valor añadido.

El objetivo es que Córdoba disponga de un reconocimiento especial que aporte orden y valor añadido."

Isidoro García-Escribano

Presidente de la Asociación de Joyeros de Córdoba San Eloy

Un sello único en el mundo

La IGP establecerá unas normas comunes para proteger la calidad, el oficio y, sobre todo, el origen de las joyas. Pero, ¿en qué se diferencia la joya cordobesa? Según el presidente de los joyeros, su principal característica es la "combinación entre tradición, técnica y diseño". García-Escribano destaca un rasgo único: "La relación de nuestras piezas entre peso y volumen es muy importante y es única en el mundo". A diferencia de otros centros muy industrializados, "Córdoba mantiene el equilibrio entre artesanía y modernidad", un sello que, asegura, "es apreciado y diferenciado en cualquier parte del mundo".

El sector joyero de Córdoba: un referente internacional con la Escuela de Joyería a la cabeza

Para el consumidor final, la IGP funcionará como una garantía total. El sello certificará que la pieza está "totalmente hecha en Córdoba" y que cumple con unos estándares de calidad concretos. Además, la Junta de Andalucía será la entidad que tutelará y verificará el cumplimiento de la normativa, controlando procesos y materiales. "Cuando alguien compra una joya con IGP sabrá exactamente lo que está comprando y, por supuesto, de dónde viene", afirma García-Escribano.

Cuando alguien compra una joya con IGP sabrá exactamente lo que está comprando y, por supuesto, de dónde viene"

Isidoro García-Escribano

Presidente de la Asociación de Joyeros de Córdoba San Eloy

El motor económico de la provincia

Este impulso a la marca Córdoba se apoya en un sólido peso económico. Un estudio de la Universidad Loyola Andalucía elaborado en 2017 con datos de 2016 ya reveló el potente efecto tractor del sector. En ese momento, la joyería cordobesa estaba formada por 457 empresas, casi dos tercios del total andaluz, y representaba el 12,2% de la industria manufacturera provincial.

El informe estimó que la inyección económica directa del sector alcanzó los 138,3 millones de euros en 2016, una cifra que, gracias a su efecto multiplicador, se tradujo en un incremento de la producción provincial de 325,1 millones de euros. Es decir, por cada euro que gasta el sector joyero, la economía cordobesa genera 2,3 euros en producción. En materia de empleo, el estudio calculó que por cada millón de euros de demanda adicional se podrían crear hasta 672 puestos de trabajo.

La IGP también se espera que sea un revulsivo en el comercio exterior. "Los mercados internacionales buscan productos con identidad", señala el presidente de la asociación, quien confía en que el sello permitirá competir "no solamente por precio, sino por valor", abriendo nuevas puertas en Europa, Asia y América.

Un proceso largo y unificado

El camino hasta aquí ha sido "un proceso largo y exigente, pero también muy ilusionante", en palabras de García-Escribano. El proyecto fue iniciado por la anterior presidenta, Milagrosa Gómez, y ha destacado por la "unidad y compromiso" de todo el sector. La redacción del documento técnico ha corrido a cargo del despacho FJ Martín, que ya trabajó en la denominación de origen de Montilla-Moriles.

El presidente ha querido agradecer la "ayuda muy importante de las administraciones". Menciona explícitamente al Ayuntamiento de Córdoba, a través del Instituto Municipal de Desarrollo Económico (IMDEEC); a la Diputación, mediante Iprodeco; y a la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Industria, por su implicación para "potenciar la marca Córdoba".

Una vez se consiga la IGP, el principal reto, según García-Escribano, será "hacerla valer": comunicarla, protegerla y exigir su cumplimiento. A ello se suma la necesidad de "seguir innovando" sin perder la identidad. Este reconocimiento, concluye, también reforzará el atractivo del oficio para los jóvenes, ayudando a asegurar el relevo generacional en un sector que es, a la vez, historia y futuro de Córdoba.