Desde Córdoba a Guinea: una expedición solidaria por la igualdad digital y de género
Los componentes de este proyecto sin ánimo de lucro recorrerán más de 12.000 kilómetros por el corazón de África

Hablamos con Rocío Peña
Córdoba - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Este 28 de julio ha partido desde Córdoba una iniciativa que aúna aventura, solidaridad y compromiso con la igualdad. Se trata de la Expedición Solidaria Fuentes del Río Níger, un proyecto sin ánimo de lucro que recorrerá más de 12.000 kilómetros por el corazón de África hasta llegar a las zonas rurales más remotas del sureste de Guinea-Conakry, con un objetivo claro: donar material informático y contribuir así a la formación y emancipación económica de mujeres y jóvenes en riesgo de exclusión social.
Al frente de esta iniciativa se encuentra Rocío Peña de Urquía, ingeniera agrónoma cordobesa y miembro del equipo que llevará a cabo la expedición, junto a su compañero Jorge García Morillo. Ambos cuentan con amplia experiencia en travesías de largo recorrido y en conducción 4x4, elementos clave para enfrentarse a una ruta marcada por la época de lluvias y por terrenos de difícil acceso.
La expedición atraviesa Marruecos, Mauritania y Senegal, hasta adentrarse en Guinea, una de las zonas con mayor pluviometría del continente africano. La meta final es la región de Fouta Djallon, en las montañas altas del sureste del país, donde nace el río Níger y donde se encuentran las aldeas más aisladas del país.
Allí, la ONG Ingeniería Sin Fronteras (ISF) lleva años trabajando junto a comunidades rurales en programas formativos con perspectiva de género. La donación prevista consiste en dieciséis ordenadores Lenovo ThinkPad, completamente equipados, que permitirán ampliar la oferta educativa en centros gestionados por la ONG Foi et Joie Guinée, en la ciudad de N’zérékoré y sus alrededores.
“Nuestro objetivo es tender puentes tecnológicos para reducir la brecha digital y dar a las mujeres rurales herramientas reales para su formación y su autonomía económica”, explica Rocío Peña en declaraciones a COPE. La realidad que describe no es sencilla: en Guinea, el matrimonio forzado de niñas sigue siendo una práctica habitual en comunidades donde la independencia de la mujer es casi inalcanzable sin formación ni recursos.
La expedición se enmarca en una línea de acción más amplia de ISF, centrada en la creación de una universidad rural con enfoque práctico. Las líneas formativas que se imparten actualmente incluyen electrificación fotovoltaica, producción textil, cría de animales, fabricación de jabón, bollería artesanal y, de forma transversal, alfabetización digital. Este último aspecto es clave en un mundo cada vez más conectado.
“Con esta donación queremos mejorar el acceso a la educación digital en zonas donde aún no hay electricidad continua, pero sí una voluntad enorme de aprender”, afirma Rocío. La entrega se realizará dentro de programas educativos ya activos, para asegurar un impacto sostenible y a largo plazo.
Los beneficios esperados son múltiples. Por un lado, se fortalece el sistema educativo local, al dotar a docentes y alumnos de herramientas tecnológicas. Por otro, se mejoran las oportunidades profesionales de jóvenes y mujeres que, con estas habilidades, podrán optar a empleos o emprender en su comunidad. También se impulsa la creatividad y el pensamiento crítico en entornos donde nunca antes se había usado un ordenador.
Además del componente solidario, la expedición busca visibilizar la riqueza natural y cultural de África Occidental, y mostrar al mundo el potencial de estos territorios como destinos turísticos. Desde las montañas del Atlas hasta los manglares del río Gambia, pasando por dunas, selvas y aldeas olvidadas, el viaje será también un relato de superación y cooperación internacional.
Para hacer realidad este proyecto, el equipo necesita la colaboración de empresas o particulares que deseen participar como patrocinadores, ya sea con apoyo económico, material técnico para los vehículos, o servicios logísticos. “Esta no es solo una expedición, es una oportunidad de cambiar vidas a través de la educación”, subraya Rocío.
“Un portátil en Guinea puede marcar la diferencia entre el matrimonio infantil y un futuro profesional para una niña”, concluye con determinación. Un mensaje claro y poderoso que resume el alma de esta travesía solidaria: llevar herramientas donde más se necesitan, allí donde aún no llegan las autopistas, pero sí los sueños.