• Jueves, 25 de abril 2024
  • ABC

COPE

PERFIL| Pablo Alfaro, el Doctor Promoción que buscará la cura de un Córdoba enfermo

El que fuera expeditivo central tras empezar como delantero ha disputado ya cuatro play-off de ascenso a Segunda. Es un técnico exigente y meticuloso en los entrenamientos

PERFIL| Pablo Alfaro, el Doctor Promoción que buscará la cura de un Córdoba enfermo
Toni Cruz González
@tonicruzgon

Redacción COPE Córdoba

Córdoba

Tiempo de lectura: 6'Actualizado 09:25

Pablo Alfaro, el nuevo técnico del Córdoba, es una caja de sorpresas. Se labró una fama imperecedera como central expeditivo cuando de niño prefería jugar de delantero centro. Su semblante serio y amenazador en el campo se transforma en una sonrisa de relaciones públicas cuando se enfrenta a una entrevista o ejerce como comunicador. De la melena y la perilla de macarra ha pasado a unas canas que encajan mejor en su alter ego como doctor.

A Alfaro (Zaragoza, 24 de abril de 1969) le preguntaban en su casa “¿Pablico, tú que quieres ser de mayor?” y él contestaba que su aspiración era ser médico y futbolista. No tiene familiares que se dediquen al sector sanitario, pero su padre sí se curtió en Tercera cuando no había Segunda B. Fue él quien le empezó a llevar a La Romareda a ver sus primeros partidos hasta que el niño creció y pudo debutar -en septiembre del 86- con el Aragón.

Sus primeros partidos los jugó en el lateral izquierdo, demarcación en la que peleaba por la titularidad con el luego internacional Villarroya y con el luego cordobesista Virgilio. Tres temporadas estuvo curtiéndose en el filial maño hasta que una mañana el técnico Avelino Chaves la llamó a las ocho de la mañana para que ocupara ese mismo día la plaza de Lumbreras, que se marchó a la Real, en la pretemporada. Si no hubiera estado en casa ese día o no hubiera atendido la llamada tal vez su vida hubiera cambiado.

Le quedó clavada la espinita de no haber llegado a ser internacional absoluto como futbolista

En el equipo de su tierra comparte vestuario con figuras como Chilavert, Pardeza, Belsué o Poyet hasta que el Barcelona se hace con sus servicios pocos meses después de conquistar su primera Copa de Europa. Apenas pudo jugar de azulgrana siete encuentros, aunque luego confesó que disfrutó mucho del juego de Cruyff desde el banquillo. Eso sí, del paso por el Nou Camp cosechó una Liga y las supercopas europea y española.

Su siguiente etapa fue Santander, donde recuperó galones formando pareja con Jesús Merino. Tres temporadas muy regulares que le devolvieron al primer plano y le valieron firmar por el Atlético que acababa de ganar el doblete. Su rol volvió a ser el de zaguero suplente hasta que el rumano Prodan le quitó ese privilegio y le hizo pensar en una salida que se fraguó rumbo al recién ascendido Mérida. Otro ex cordobesista -Momparlet- formó en defensa a su lado. El descenso sufrido en la 97-98 (el único en su carrera como futbolista) no fue sino el comienzo del fin del conjunto emeritense, que dos temporadas más tarde acabaría precipitándose hacia el vacío de la desaparición. Esa fue, según confesó Alfaro, su peor experiencia profesional. En Mérida, por cierto, compartió vestuario con el último entrenador del Córdoba, Juan Sabas.



  • Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

En el verano de 2000 la vida del central dio un giro trascendental. Estando en Salónica para fichar por el Iraklis -se había quedado libre tras desaparecer el Mérida- le llamó Monchi para ofrecerle ficha en el Sevilla, que estaba en Segunda. Con los conocimientos de Monchi y Caparrós, el carisma y sabiduría de Alés y el oficio de jugadores como Prieto, Casquero o Nico Olivera el Sevilla pone la primera piedra para ser uno de los grandes de Europa con el primer ascenso en la carrera de Alfaro. “Un ascenso es una alegría doble. Ascender de Segunda a Primera con el Sevilla era el deber cumplido”, dijo Alfaro.

Durante los siguientes años la pareja Alfaro-Javi Navarro se labró una fama terrorífica en el fútbol español. Los motivos, según Alfaro, de esa leyenda fueron que “jugamos cuatro o cinco temporadas seguidas juntos, éramos duros, contundentes, agresivos… y a veces metimos la pata y pagamos por ello. Había un exceso de fama. Algunas de esas actuaciones fueron contra equipos más mediáticos y ahí todo se magnifica”.

Alfaro reconoce que con su colaboración y la de sus compañeros “el sevillismo recuperó la autoestima y eso allí no lo olvidan nunca”, por lo que se considera de ser “un sevillano más de adopción” (algo a lo que ha contribuido que su mujer y sus dos hijos sean hispalenses). En ese Sevilla jugó el actual responsable de los servicios médicos del Córdoba, Víctor Salas.

Ya con 36 años, Alfaro deja el Sevilla tras seis temporadas -pocos meses después lograrían la primera de sus seis Europa League- para retirarse en Santander. Miguel Ángel Portugal -otro ex cordobesista- dirigió en su última campaña en activo antes de “dejar el recreo”, como dijo parafraseando a Zubizarreta.

De su carrera como jugador destaca a futbolistas como Hugo Sánchez, Romario, Ronaldo y al realista Atkinson, por su fortaleza (“Era una roca, chocabas contra él y rebotabas”). Siempre se le quedará la espinita de no poder tener “la foto en el salón de casa de haber sido internacional absoluto. Fueron 18 años de futbolista profesional”. De eso y de no haber tenido una experiencia en el extranjero, porque “soy un poco culo inquieto”

Como entrenador, y tras haberse forjado en el Sevilla, tuvo su primera experiencia en un banquillo en Pontevedra. En esa 2009-10 logró colarse en el play-off merced -entre otras cosas- a los 15 goles de Charles, pero tras eliminar al Oviedo el Alcorcón les dejó K.O. Su buen hacer le hizo un hueco la siguiente temporada en el Recre de Segunda, pero allí apenas duró ocho partidos en los que no logró ninguna victoria antes de ser despedido. En aquel Decano militaba el actual enlace entre plantilla y dirección deportiva, Raúl Cámara.

En la 12-13 metió a un entonces modesto Leganés en el play-off de ascenso, pero el Lleida truncó el sueño de los pepineros. En Huesca -13-14- apenas duró los cinco primeros partidos y en Marbella -14-15- únicamente 15 en mitad de la temporada.

Compartió vestuario con Juan Sabas en Mérida, que luego le dejó fuera de la lucha por el ascenso cuando estaba dirigiendo al Extremadura

El Mirandés le contrató a la desesperada para burlar el descenso de Segunda en la 15-16, pero no pudo evitarlo. Visitó entonces por vez primera El Arcángel como entrenador, un 30 de abril de 2016. El partido acabó 1-1 gracias a un gol in extremis de Urko Vera en el 89’. Los centrales de ese equipo eran Fran Cruz y Quintanilla (ambos con pasado blanquiverde) y en esa plantilla estaban también Javi Hervás y Alain Oyarzun, que fue suplente esa tarde en Córdoba.

Los responsables del Mirandés valoraron la labor de Alfaro y le confiaron la operación retorno. Alfaro hizo campeón a los rojillos de grupo, pero luego fracasó en el play-off al perder la eliminatoria de campeones (contra Mallorca) y la repesca (ante el Extremadura… de Sabas).

Su última experiencia en los banquillos la vivió en las Pitiusas. Con el Ibiza hizo un buen final de temporada en la 18-19 y en la 19-20 les metió en el play-off de ascenso como segundos y además les llevó a dieciseisavos de Copa, donde pudieron disfrutar en Can Misses de una eliminatoria contra el Barcelona (les pusieron contra las cuerdas, 1-2 al final). Sin embargo, una vez más el play-off castigó a Alfaro y el modesto Cornellá les eliminó a las primeras de cambio (1-2). Aquel Ibiza era el equipo que llegaba con menos goles encajados a esa fase decisiva de los cuatro grupos.

Javi Lara: "Gestiona muy bien el grupo, marca la distancia con el jugador, pero es bastante exigente. Es un buen entrenador"

Líder en el centro del campo del Ibiza fue -y es- Javi Lara, que valora muy positivamente a Alfaro: “me alegro por él y por el club. Es un buen entrenador. En el trabajo marca la distancia con el jugador, pero es bastante exigente. Piensa que como se entrena se juega y trabaja bien en todos los aspectos. Lo controla todo bastante y gestiona muy bien el grupo. Va a ir bastante bien con él”.



Entrenador y médico especialista en medicina deportiva, lo que le ayuda con el lenguaje con el cuerpo médico… Y comentarista deportivo. Alfaro considera que “el fútbol es un deporte que te endiosa y que parece que solo lo que haces tú es importante. Por muy bueno que seas, si luego no hay un público que venga a ver lo que haces ni una estructura de club y medios de comunicación… al final tendríamos a 22 atletas magníficos jugando a un deporte. Prefiero llevarme bien a llevarme mal con los medios”.

Ha tenido bajo su mando a futbolistas con pasado cordobesista como Charles, Javi Hervás, Fran Cruz o Quintanilla. En el Mirandés, además, coincidió con Oyarzun

Pablo Alfaro dijo en una entrevista en youtube hace menos de un mes que “a mis directivos les digo: si me dejáis media temporada os dejo en play-off” y que pretende “enfocar el trabajo en ser competitivo y sacarle el máximo rendimiento a tus futbolistas”. Eso y que “el fútbol es el juego de la vida. El que solo ve por unos ojos al final puede estar muy bien, pero la vida suele ser más cambiante y más flexible. Hay que saber adaptarse a los cambios”. El cambio, la nota constante en la historia del próximo club en la carrera de Alfaro.

También te puede interesar:

-Juan Sabas, su evolución de “querer llevar la iniciativa” a “querer alargar el partido”

-Linarejos sentencia a Sabas (2-0)

Radio en directo COPE
  • item no encontrado

En directo

Directo Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Escuchar