Un paseo por la Córdoba más auténtica a través de sus rincones en flor

En esta ruta de patios podrás disfrutar de once recintos donde la arquitectura tradicional convive con el mimo de generaciones

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Fran Durán

Ruta San Basilio

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

9 min lectura

En esta ruta encontrarás rincones donde la arquitectura tradicional convive con el mimo de generaciones. Casas que esconden tras sus muros siglos de historia, restauradas con cariño para devolverles su esplendor. Espacios donde cada escalón, cada pozo o cada brocal cuenta algo de quienes los habitaron. Pero lo más vivo está en las macetas: geranios, buganvillas, jazmines, calas, crasas... en composiciones que cambian cada año. Verás patios modestos y otros majestuosos, todos llenos de personalidad. En algunos se cuelan canarios, en otros, detalles arqueológicos. Todos tienen algo en común: el esfuerzo de quienes los cuidan y el deseo de compartirlos. Esta ruta es un paseo por la Córdoba más auténtica y florecida.

Duartas, 2  

Este patio no solo ha recuperado el espíritu del antiguo inmueble del siglo XVIII sobre el que se edificó, sino que ha logrado superarlo. Después de más de seis décadas desde que aquel patio de la época se quedó con el segundo premio, la renovación de este espacio ha dado un giro histórico al lograr el primer premio el año pasado, convirtiéndose en el único caso de renacimiento de este tipo en el certamen municipal. Esta transformación se basa en replicar elementos antiguos, como el piso, el zaguán y la escalera, mientras se preserva el sabor popular que caracteriza a la arquitectura tradicional. 

Las plantas, cuidadosamente seleccionadas, incluyen crasas singulares como el cactus-olla, geranios clásicos y un rincón con plantas aromáticas. Isabel, con su dedicación, ha logrado revivir variedades como el melindo y la celinda, mientras las begonias adornan la entrada, ofreciendo un espacio lleno de historia y naturaleza.

Postrera, 28  

El patio de la calle Postrera 28 es un ejemplo encantador de la arquitectura tradicional cordobesa. A pesar de sus dimensiones reducidas, es un espacio lleno de historia y belleza. En este patio, que albergó hasta tres familias, se puede admirar un pavimento de grandes bolos de río y detalles como los ventanucos, que eran esenciales para proporcionar luz y aire a las dependencias de la vivienda. Rafael Córdoba, el cuidador del patio, ha dedicado tiempo y esfuerzo a restaurar elementos antiguos, como las puertas, los muros y el pozo, manteniendo la esencia del lugar.

 Las plantas, especialmente las calas, son cuidadas con esmero, y el canario, aunque pequeño, llena el espacio con su canto. A lo largo de los años, este patio ha sido reconocido en varias ediciones del Concurso de Patios, obteniendo numerosos premios por su belleza y autenticidad. Un rincón acogedor que refleja el alma de Córdoba.

san Basilio, 44  

Este patio, rescatado del olvido por la Asociación de Amigos de los Patios, es un emblema vivo del festival cordobés. Aunque ha participado fuera de concurso durante muchos años, su historia está marcada por la excelencia y la dedicación constante. Medio siglo después, el recinto celebra junto a la asociación una trayectoria compartida que ha florecido en actividades culturales, homenajes y nuevas instalaciones. Cada primavera, el patio demuestra que tradición y renovación pueden ir de la mano: flores distintas, composiciones arriesgadas y rincones que nunca se repiten.

 En los últimos años, la mano cuidadosa de Teo Rueda ha multiplicado ese carácter cambiante, regalando estampas memorables como girasoles junto a la galería o un testero de entrada reinventado que deja sin palabras.

San Basilio, 40  

El patio de la casa situada en la calle San Basilio, 40, es un claro ejemplo de la arquitectura tradicional cordobesa que ha sabido preservar la esencia de la ciudad a lo largo de los siglos. En este espacio, la naturaleza cobra protagonismo, con una impresionante variedad de plantas que cubren las paredes y decoran el suelo, creando un ambiente fresco y lleno de color. Geranios, jazmín, buganvillas y otras especies locales florecen con fuerza, ofreciendo una explosión de aromas y colores durante la primavera. 

Su estructura, con arcos de medio punto y elementos de madera, refleja la típica distribución de los patios de Córdoba, donde el espacio central es el corazón de la vivienda. Este patio, que participa en el Concurso de Patios de Córdoba, ha sido cuidadosamente restaurado para mantener su autenticidad. Es un lugar lleno de historia, belleza y tradición, ideal para disfrutar de la magia de la ciudad.

San Basilio, 22  

Este patio, de arquitectura antigua, destaca por su combinación de historia y vegetación. Con un origen en el siglo XIX, conserva elementos barrocos como los anchos muros y los arcos de medio punto de la galería de entrada. Su estructura ha sido cuidadosamente restaurada, respetando su esencia original. En su interior, se aprecia una variedad de plantas que se extienden por todo el recinto, creando un ambiente fresco y colorido. Las paredes están decoradas con exuberante vegetación que cubre la estructura, mientras que entre las especies florales se destacan la flor de lis, símbolo de la nobleza francesa. 

Además, el patio alberga varias colecciones de antigüedades, que complementan la atmósfera tradicional del lugar. Este espacio ha sido galardonado en varias ediciones del concurso de patios, destacándose por su armonía entre los elementos arquitectónicos y la flora, ofreciendo un refugio lleno de historia y belleza natural.

San Basilio, 20  

Este patio de arquitectura moderna, ubicado en la categoría D, destaca por su capacidad de evocar la serenidad y el encanto de los patios tradicionales, a pesar de su construcción reciente. La dedicación y el buen gusto de sus cuidadores, Juan Jiménez, Isabel Jiménez y Paqui Hidalgo, se reflejan en cada rincón. Paqui, madre de Juan, ha incorporado recreaciones de piezas arqueológicas e históricas que añaden un toque romántico, como el brocal de estilo mudéjar, elaborado a partir de un fragmento original.

 El patio cuenta con una serie de plantas de mediano y gran porte que lo llenan de vida, como un impresionante limonero cultivado en espaldera, el único de su tipo en el concurso, que ha crecido con esfuerzo durante casi dos décadas. También destacan camelias y gardenias, que aportan frescura a este espacio cálido. Con premios y reconocimientos a lo largo de los años, este patio sigue consolidándose como un referente en el concurso.

San Basilio, 17  

La Casa de Patio de la calle San Basilio 17 es un ejemplo destacado de la arquitectura cordobesa del siglo XVIII, rehabilitada a finales del siglo XX. Su patio, estructurado en la segunda crujía, está compuesto por dos galerías con arcos de medio punto de ladrillo, elementos característicos que aportan un aire clásico y acogedor al recinto.

Este patio comenzó a abrir sus puertas en la década de 1960, bajo la propiedad de José Cejudo Lora, quien obtuvo varios premios durante esa etapa. Con el cambio de propiedad, el patio continuó la tradición de ser un espacio abierto a todos, manteniendo su esencia y colaborando con la ciudad de Córdoba en su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Aunque inicialmente estuvo fuera de concurso, desde 1995 ha participado activamente en el concurso de patios, manteniendo su carácter y atrayendo tanto a visitantes nacionales como internacionales.

San Basilio, 15  

En el corazón del emblemático barrio de San Basilio, famoso por su abundancia de patios, encontramos un rincón que combina lo moderno con lo tradicional. En el número 15, una casa de vecinos construida en 1993 sobre una antigua taberna alberga un patio que conserva el alma de antaño. A pesar de su reciente reconstrucción, el espacio mantiene elementos históricos, como herrajes originales y fragmentos arqueológicos que añaden un toque único. Uno de sus detalles más sorprendentes es su zaguán, con cinco lados, una característica poco común en la arquitectura cordobesa. 

Las flores, en una explosión de colores, cubren tanto las paredes como el suelo, creando un ambiente vibrante. Gitanillas, pensamientos y cintas se mezclan en un festival floral que da vida al espacio. Gracias al cuidado de un padre y su hijo, este patio se presenta en todo su esplendor, siendo otro de los muchos que merece la pena descubrir.

San Basilio, 14  

El patio de Carmen Ibáñez e Ignacio Álvarez, situado en un edificio con cuatro siglos de historia, destaca por su rica variedad floral y la conservación de elementos antiguos. La cocina original con tres fuegos y el lavadero de dos senos son algunos de los detalles que aún se mantienen, recordando la época en que hasta seis familias vivieron en el edificio. Desde que la pareja se mudó en 2017, ha cuidado meticulosamente el espacio, haciendo de él un lugar digno de admiración.  

Su participación en el concurso de patios ha sido constante, obteniendo premios como el primer lugar en 1999 y múltiples reconocimientos en otras ediciones. Aquí podemos disfrutar con un gran geranio, y otras especies como benogias en sus macetas colgantes.

Martín de Roa, 2  

Este patio, donde la historia y la naturaleza se fusionan, es un refugio encantador de arquitectura moderna y tradición. En su entrada, la zona más sombría, las plantas son las verdaderas protagonistas: begonias, esparragueras, helechos y hasta una pata de elefante que impresiona por su tamaño. Estos ejemplares llenan de vida y color el espacio, creando un contraste único con la muralla medieval que aún resiste el paso del tiempo, custodiando el patio como un vestigio de épocas pasadas. Entre las antigüedades destaca un arado romano restaurado, un testimonio de la historia que convive con la vegetación. 

En un rincón especial se encuentra un pozo medieval, testigo mudo de antiguos usos, mientras que una tortuga longeva se desplaza con calma, aportando un toque de serenidad. El cuidado por preservar el patrimonio es evidente, y cada año, la primavera transforma este rincón en un espectáculo natural.

Martín de Roa, 7  

En la calle Martín de Roa, número 7, encontramos un encantador patio de Arquitectura Antigua que se comparte entre dos casas de vecinos. Aunque cada una tiene su entrada, ambas comparten un acceso común que lleva a un zaguán, el cual da paso al patio vecino, el número 9. Este patio destaca por un impresionante conjunto formado por un pozo y una pila, ambos cubiertos por la vegetación, lo que crea un rincón único y muy fotografiado. Su estructura incluye una galería de madera, techos a distintas alturas y una escalera exterior que aporta carácter al lugar.

 La variedad floral es otra de sus virtudes, con una mezcla vibrante de geranios y gitanillas que dan color y vida al espacio. Estos dos patios son conocidos por su belleza y han sido galardonados en múltiples ocasiones en los concursos de patios de mayo, consolidándose como uno de los conjuntos más premiados de la ciudad.

Martín de Roa 9, Bajo 2  

El patio de Martín de Roa 9, uno de los más premiados en la historia de la Fiesta de los Patios, destaca por su impresionante tamaño y la abundante presencia de gitanillas, que decoran todo el recinto, desde las paredes hasta la galería. Aunque las gitanillas son las protagonistas, la flor de pericón, la favorita de Juan ‘El Langosta’, también tiene su lugar en este patio, como homenaje a él y a todos los que han formado parte de la comunidad. Un edifico que fue rehabilitado en 2010 por Vimcorsa con estándares modernos. 

Regar el millar de macetas es un trabajo arduo, pero el esfuerzo se ve recompensado cada primavera, cuando el patio alcanza su esplendor. Además de la abundante vegetación, los rincones como la galería y la estrecha escalera invitan a ser descubiertos.

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