Es turismo de cercanía y bastaba, por tanto, comprobar las salidas hacia el interior desde las mayores poblaciones de la provincia de Cádiz para concluir lo que esperaba este domingo a la Sierra de Grazalema. El buen tiempo ayudaba a ello y las colas de vehículos se apreciaban durante la mañana dejando atrás la capital y otras localidades de la Bahía o Jerez. Pronto comenzó a prodigarse por redes sociales el verdadero colapso al que ha estado sometido el Parque Natural en el que se apiñan algunos de los enclaves rurales con más sabor de la zona.

Uno de los destinos de esas escapadas de fin de semana o de excursiones de un sólo día que se convierten en referenciales del ocio de los gaditanos es la localidad del El Bosque y el prodigioso sendero del río Majaceite que la une a Benamahoma. Sus bosques galería, la agradable humedad de su corriente de agua y la facilidad del recorrido de sus apenas ocho kilómetros se convierten en imán para los visitantes que acuden en familia porque es asequible incluso para los niños.

La arboleda de chopos, fresnos y olmos, aves como las oropéndolas durante la primavera o el verano y, en este tiempo, mirlos comunes, lavanderas cascadeñas, currucas, petirrojos, ruiseñores o martines pescadores, los restos de viejos molinos y batanes... incluso corzos es posibe disfrutar en ese sendero tan bien señalizado y acondicionado para su disfrute. Todo ello, y desde luego los atractivos de los dos pueblos a los que une el río hacen del sitio uno de los más visitados de la Sierra.

Pues, con todo ello en mente, empezaron a llegar a las puertas del Parque tantos vehículos que luego se tradujeron en multitudes apiñadas que resultó difícil acceder con la tranquilidad de otras veces. La buena temperatura llamada al disfrute de ése sombrío y húmedo enclave de modo especial entre las muchas posibilidades que ofrece el conjunto natural y pasajistico de la Sierra de Grazalema. Y las imágenes captadas durante este domingo no dejan lugar a dudas.