La situación que ha vivido la generalidad de la población del centro de la península, la capital en particular, en medio de los efectos de la borrasca Filomena es la mejor garantía de alcanzar a comprender lo mal que lo han pasado y siguen haciéndolo los prestatarios de los servicios esenciales que, bajo ningún concepto, podían quedarse sin ofrecer. Los autónomos han debido sacar fuerzas de flaqueza y, superando sus muchos problemas cotidianos tan acrecentados además por la pandemia, han hecho posible que la vida ciudadana mantuviera unos mínimos.

En medio de toneladas y toneladas de nieve provocando, junto a la idílica estampa blanca, ingentes dificultades individuales y colectivas especialmente en el terreno de la movilidad, los pequeños empresarios del abastecimiento, del comercio, de la hostelería o de tantos otros sectores han dado el do de pecho. Y el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, aprovecha la ocasión para insistir en que "los autónomos han vuelto a demostrar que son un servicio esencial y se han dejado ola piel durante estos días".

El ejemplo de gricultores, comerciantes, farmacéuticos, taxistas...

"El temporal Filomena ha puesto en jaque a gran parte del centro y norte de nuestro país", explica detallando que "hemos visto a agricultores convirtiéndose en la UME, la Unidad Militar de Emergencias, limpiando calles con sus tractores y dando un servicio de solidaridad a toda la ciudadanía". Comerciantes, farmacéuticos, "que aun no pudiendo transitar en sus vehículos hacia su farmacia han hecho kilómetros andando para dar el servicio" o los taxistas, "jugándosela e incluso trabajando con todoterrenos", son sectores que también menciona.

"La verdad es que los autónomos han vuelto a demostrar en esta ocasión un servicio fundamental, un servicio esencial a los ciudadanos" añade reconociendo su orgullo por ello. Lo amplia a la totalidad de la ciudadanía sin olvidar que han sido miles de personas las que han vivido el temporal atrapadas, a cientos de hogares sin apenas suministros y buscando algún supermercado o alguna farmacia abierta, a gente que necesitaba ir al hospital y no podía, a pueblos donde las máquinas quitanieve no llegaban.

El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, afirma que aún no está calculado el impacto del daño de Filomena, "la borrasca atacó a negocios que ya estaban muy maltrechos por la pandemia". En este sentido, ha aludido a la hostelería, que no pudo abrir hasta pasados unos días, o el comercio, que perdió los inicios de su campaña de rebajas. Para el presidente de ATA, "a la delicada situación de los autónomos, se suman los daños causados ahora por temporal".

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