Evitó dos desgracias
El halo, el salvavidas que ha sido protagonista este fin de semana en F1 y F2
Este dispositivo de seguridad fue implementado en 2018 por la FIA para proteger a los pilotos de sufrir impactos directos en la cabeza.

Guanyu Zhou
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El halo ha sido el protagonista este fin de semana en Silverstone al evitar dos consecuencias fatales, primero en Fórmula 2 y después en el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1.

Imagen del accidente de Guanyu Zhou en el GP de Gran Bretaña.
Este sistema de seguridad demostró su eficacia, una vez más, este domingo en Fórmula 2, cuando al comenzar la carrera, Roy Nissany cerró a Hauger, provocando que su monoplaza saliera sin control de la pista. Además, el trazado de esta no ayudó a que el coche parara, sino que hizo que se elevara y chocara con el alerón en el vehículo de su compañero a la altura de la cabeza.
El halo también hizo acto de presencia en la F1 en la primera vuelta de la carrera. Los protagonistas fueron George Russell y Guanyu Zhou. El coche de Russell, tras un contacto en la parte trasera de su vehículo, se impactó con el monoplaza del piloto chino, el más perjudicado, que se desplazó varios metros dando vueltas boca abajo hasta que finalmente terminó chocándose contra las protecciones, dejando al público impactado. Poco después de este accidente, con la bandera roja declarada, la escudería Alfa Romeo comunicó que el piloto estaba consciente y que sería trasladado al centro médico del circuito para ser evaluado. Minutos más tarde, se retomó la carrera en el mismo orden que en la parrilla inicial.
¿En qué consiste el halo?
El halo es un sistema de seguridad que se implementó en 2018 para proteger la cabeza de los pilotos, pero no fue hasta julio de 2019 cuando se obligó a llevarlo en los monoplazas. Este dispositivo, de forma semicircular, se coloca rodeando la cabeza del piloto para protegerle en caso de accidente, evitándo que tenga un impacto directo. De esta manera, el primer golpe se lo lleva el halo y no el casco de piloto, por lo que las concecuencias de un accidente, como hemos podido ver este fin de semana, son menores.
Este sistema está hecho de titanio, un material resistente que impulsa las fuerzas hacia los laterales del monoplaza, y pesa aproximadamente 9 kilos. En un principio, la obligación de implementar este sistema en los vehículos no fue bien recibida, porque lo consideraban algo antiestético y un elemento que dificulta la visión.
Son muchas las ocasiones en las que, como este fin de semana, el halo ha salvado la vida de los pilotos. En el GP de Bélgica en 2018, fue Charles Leclerc quien puso a prueba su eficacia. El coche de Fernando Alonso, golpeado previamente, salió disparado pasando por encima de la cabeza de Leclerc. Hamilton y Verstappen también protagonizaron un espectacular accidente en Monza, que de no haber sido por el halo, hubiera terminado en tragedia para el británico.