‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

¡Mis queridos palomiteros! ‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

Antes de que llegue a los cines españoles Un ángel llamado Rebeca, que ha dirigido José María Zavala, quiero hacer una reflexión sobre otra gran película que puede responder a muchas de las inquietudes que tenemos a diario.  Se trata de La cabaña, que distribuyó en cines European Dreams Factory y es un drama esperanzador sobre la condición humana.

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

Estrenado hace siete años, supuso la segunda incursión en la dirección de cine del joven guionista británico, Stuart Hazeldine, que ejerció como productor de las lúcidas historias La vida de Pi (2012) y la oscarizada Un sueño posible (2009). En esta ocasión adapta a la gran pantalla el bestseller del escritor canadiense, William Paul Young.

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?
‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

El filme sigue los pasos de Mackenzie Phillips. Con 13 años experimenta el maltrato físico y emocional por parte de su padre. Siendo ya un adulto debe afrontar la desaparición de su pequeña hija Missy, que se la ha llevado por delante un asesino en serie. Este hecho le trastorna completamente y, por ende, a su familia. Tras recibir una extraña carta en el buzón de su casa, y con muchas dudas a cuestas, decide regresar a la cabaña donde su hija fue asesinada, con idea de hacer justicia a su verdugo. Sin embargo, en esa cabaña se encontrará con alguien que cambiará su modo de ver el mundo de modo definitivo.

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?
‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

Resulta muy llamativo que en los tiempos que corren se prodiguen películas como La cabaña, aire fresco para la cartelera española que a menudo ningunea todo lo que tenga referencias cristianas, es decir, a la Fe y a Dios, salvo excepciones contadas: Libres, Si todas las puertas se cierran, El cielo no puede esperar… Y lo que es peor: existen espectadores que se molestan e indignan por estos motivos, sin antes detenerse a mirar con otros ojos todo el caudal de amor que desprende la película, al margen de las creencias.

Para ser juiciosos con La cabaña no hay que quedarse en la superficie: en ella Dios lo encarna una mujer, igual que el personaje de el Espíritu Santo o La sabiduría. ¿Y qué? Jesús sí lo encarna un hombre. Pero si nos quedamos, como decía, solo en eso, en el prejuicio, nos lo estamos perdiendo todo.

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?
‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

¿O es que dar y recibir amor es solo patrimonio de los creyentes?

La película plantea, con inteligencia y sensibilidad, uno de los temas más frecuentes con los que nos enfrentamos de tanto en tanto, al dolor y a la pérdida, y no entendemos por qué nos sucede, al tiempo que nos interrogamos, o cuando no exigimos una respuesta firme: ¿Por qué a mí?, ¿por qué ahora?, ¿por qué en este momento? Desde ese punto de vista la película responde con nitidez a cada una de las respuestas, y a su vez hace una propuesta general en sentido contrario, a saber. ¿Si yo no soy capaz de resolverlo -dice un personaje- por qué no te pones en mi lugar?  Entonces el paisaje cambia por completo.

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?
‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

En algunos momentos la película es dura, pero sabe acompañarse de ternura y buen humor para hacer más llevaderas las acciones más importantes de nuestro protagonista. Es más, esa dureza a la que me refiero puede ayudar a muchos a encontrar una salida real al dolor y a la depresión que ha motivado ese dolor. ¿No es eso bueno? ¿No es un ejemplo a seguir recoger nuestros pesares y de ellos extraer lo mejor para nuestras vidas? ¿Y si eso nos hace aún más felices? Este tipo de cine es muy necesario, como indicaba antes, en estos momentos de crisis espirituales, de frivolidad a raudales y de un culto generalizado al ‘dolce far niente’.

Sin embargo, lo que propone La cabaña está en las antípodas de estas proposiciones y opta por plantear el asunto con sencillez, a partir de una luminosa puesta en escena naturalista -no en vano el poderoso diseño estético del filme contribuye de manera decisiva en el desarrollo de la película, entre otras cosas gracias el deslumbrante diseño de fotografía-, una estructura con tramas y subtramas suficientemente ensambladas, un guion redondo, que va al grano y unos diálogos verosímiles que subraya el carácter sobrenatural de la historia. Pero aunque no fuera así, el resultado del filme es el mismo. ¿O es que dar y recibir amor es solo patrimonio de los creyentes?

‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?
‘La cabaña’: ¿Si Dios fuera mujer dejarías tu fe de lado?

A la humanidad le falta mucho de eso y a mí me parece muy sabio haber podido integrarlo en el cine, porque así La cabaña se convierte en un bálsamo para sanar a nuestras almas, a menudo rotas a jirones. La cinta, por tanto, goza de una universalidad absoluta en todos los temas que destapa (ira, rencor, perdón, reconciliación, familia, soledad, amor) y su moraleja se va construyendo a medida que avanza el filme, que ni es panfletario ni dogmático.

En cuanto al apartado actoral, el actor inglés Sam Worthington, de nacionalidad australiana (Mack Phillips) resulta muy creíble. Durante toda la película transmite con convicción con cada gesto su estado de ánimo. En el caso de la oscarizada Octavia Spencer (Criadas y señoras, 2012)  (Papa) tiene un papel muy difícil con muchos contrastes y consigue que con la primera frase nos olvidemos de que es una mujer negra y voluminosa… El resto del elenco cumple con creces sus roles.

Su moraleja se va construyendo a medida que avanza el filme, que ni es panfletario ni dogmático

Queda, pues, una película amable, entretenida, recomendable incluso para aquellos que, tal vez sin creer en la existencia de Dios, le están necesitando. O dicho de otro modo: La cabaña es un impecable trabajo para revisar nuestra actitud, nuestro compromiso y finalidad en la vida, que a fin de cuentas es lo único que tenemos. Así que puestos a hacer algo con ella, hagámoslo bien desde el principio.

Cartel promocional del filme
Cartel promocional del filme

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