Ralentizar los movimientos propios como forma de exasperar al oponente. Esta estrategia de Mandela para sus partidas de Damas durante su estancia en la prisión de Robben Island es significativa de su forma de hacer en política y de abordar la vida. Por ello, Javier Fariñas ha titulado ‘Nelson Mandela. Un jugador de Damas en Robben Island’ la biografía que ha elaborado sobre el histórico presidente de Sudáfrica, de cuyo nacimiento se cumplen 100 años.

En los micrófonos de ‘La Linterna’, el colaborador en 'La Linterna de la Iglesia' y redactor Jefe de Mundo negro Javier Fariñas ha explicado que la gran peculiaridad de esta obra es que muestra la vida y obras de un pueblo tras la figura de Mandela. “Según rasco en la vida de Mandela, lo que me aparece es un pueblo. Es una obra colectiva. Mandela no podría ser Mandela sin las personas que le rodearon.” ha afirmado Javier.

Por eso, este libro es también un relato a favor de la colectividad, valor que según el autor se va perdiendo en Occidente empujado por las nuevas tecnologías mientras que en África mantienen una conciencia colectiva que refleja fielmente el principio autóctono africano: “Yo soy porque tú eres, yo soy gracias a ti”. La vida de Mandela fue un homenaje a un pueblo negro que ya luchaba previamente por sus derechos y que no sería lo mismo sin cada una de las personas que le rodearon. Por eso, “incluso sus enemigos también han servido para hacer el relato”.
 

Un hombre "normal" con claroscuros 

Sobre Nelson Mandela, Javier Fariñas ha comentado que era “un hombre normal” que “entra en una dinámica del pueblo negro en la que ser indiferente es estar condenado a ser ciudadano de segunda”. Por eso su vida supone un ejemplo dentro de un pueblo que ya se movía hacia la justicia. No obstante, Mandela también presenta claroscuros como el uso de la violencia y el terrorismo como formas de lucha contra el cuerpo legal del apartheid y que contrasta con la reconciliación y la justicia de la que habla cuando llega a la presidencia. "Madiba no dejó de ser un hombre que vivía las distintas situaciones de su vida como tal".

Para Javier, su lucha mereció la pena a pesar de que, en la actualidad, el CNA ha malgastado de alguna forma ese legado y haya manchado la reconciliación con corrupción. “Puede que tenga que pasar una generación para que se tome conciencia de esto”, sentenciaba Javier.

Para él, lo más difícil ha sido pasar de los reportajes dinámicos de Mundo Negro a elaborar una obra “que se parece más a una maratón” de más de 400 folios. Sin embargo, merece la pena porque, aunque la vida política en general nos produce muchos sinsabores, “la posibilidad de la grandeza es real y tangible, por eso merece la pena”.