El plátano es una de las frutas más consumidas. Su dulce sabor, sus grandes propiedades nutricionales y la facilidad para ser consumido en cualquier luga, hacen de él el alimento perfecto para añadir a cualquier dieta. Además el plátano es una fruta prácticamente perenne en los comercios con lo que tener un antojo en cualquier momento y poder conseguirlo en cualquier época del año, es relativamente sencillo.

POTASIO

Si por algo es valorada esta fruta es por su alto contenido en potasio. Un plátano medio puede tener unos 350 mg por cada 100 gramos. A esto hay que sumarle que se trata de una rica fuente de otros minerales como el magnesio y fósforo, ácido fólico, vitamina C y vitamina B6.

Por este gran valor nutritivo es por lo que los expertos recomiendan su consumo para cualquier edad.

Gracias a su contenido en magnesio, es también una de las frutas preferidas por los deportistas ya que favorece la recuperación muscular y previene los temidos calambres musculares.

Además, lejos de algunos mitos y según un estudio de la Universidad de Cambridge, el plátano no engorda, incluso puede jugar a nuestro favor en un dieta de pérdida de peso, ya que tiene un alto poder saciante.

EVITAR QUE SE PONGA NEGRO

Los plátanos se oxidan muy rápido lo que puede ser un handicap para el consumo de los más pequeños. Además muchas veces para prolongar su conservación, los introducimos en la nevera favoreciendo que adquieran ese color negruzco. No hay que olvidar que se trata de una fruta tropical y que su temperatura ideal ronda los 15 grados. Por eso bajas temperaturas, como las del frigorífico, las membranas de su piel se rompen y liberándose una enzima conocida como polifenoloxidasa, que reacciona generando unas sustacias de color oscuro.

Pero esta facilidad de oxidación se puede ralentizar si sigues unos sencillos consejos:

PROTEGE LA PUNTA

Ambas puntas del plátano favorecen esta oxidación. Si las cubres con film transparente retrasarás su maduración. Si los tienes en 'piña', no los separes y cubre con varias vueltas de plástico la zona de unión.

CON LIMÓN

También puedes probar a introducirlos en una bolsa de plástico junto con medio limón, cerrarla bien y guardarla en el refrigerador. Lo único que notarás pasados unos días es que tendrá en su interior algo de condensación por el agua de la fruta, pero la cáscara del plátano estará prácticamente como el primer día.

Otra opción es cubrirlo con hojas de periódico antes de introducirlo en el refrigerador.

UNA VEZ PELADO

Si ya tenemos la fruta pelada y no queremos que se oxide rápidamente, podemos poner en práctica otro truco. La parte que nos haya sobrado la introducimos en un tupper o en cualquier recipiente de loza y la envolvemos con papel de cocina ligeramente humedecido. También nos puede servir una servilleta que no sea demaiado fina.