Este es el pequeño gesto que puede frenar el deterioro cognitivo en mayores de 60 años: una actividad sencilla cada vez más en desuso
Con el paso de los años el cuerpo va perdiendo facultades y el cerebro no es una excepción, pero hay ejercicios simples que podemos hacer para frenar el avance negativo del deterioro cognitivo
Dos personas mayores dándose la mano
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A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia y el cerebro no es la excepción. El envejecimiento es un proceso natural que conlleva múltiples transformaciones en el cuerpo humano.
Es normal que con los años olvidemos dónde hemos dejado las llaves, no nos acordemos del nombre de alguien o tardemos un poco más en encontrar la palabra que queremos decir. Estos pequeños olvidos forman parte del envejecimiento normal y no suelen ser motivo de preocupación.
Sin embargo, en algunos casos, estos cambios pueden ser más notorios y afectar a la memoria, la atención o la forma en la que resolvemos ciertos problemas. A eso se le llama deterioro cognitivo y aunque muchas veces es leve, en algunos casos puede ser el inicio de problemas más serios.
¿Por qué ocurre este deterioro?
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En ciertas ocasiones, el deterioro puede avanzar hasta convertirse en un trastorno más serio, como el deterioro cognitivo leve (DCL) o, en etapas más avanzadas, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Este deterioro suele ocurrir por varios motivos.
Con los años, el cerebro pierde algunas neuronas, las conexiones entre ellas se debilitan, y ciertos procesos químicos no funcionan igual. También influye mucho la genética, la salud del corazón, el estilo de vida y hasta cuánto hemos estimulado lamente a lo largo de nuestra vida.
La buena noticia es que a pesar de que no todo está en nuestras manos, mucho sí. Según los expertos, existen muchas cosas que podemos hacer para frenar esa evolución negativa. Muchas son actividades muy simples pero tremendamente beneficiosas para el cuerpo.
cuando las pantallas juegan en nuestra contra
Vivimos pegados a los aparatos electrónicos. Lo han cambiado todo por completo y cada cosa que hacemos, la hacemos a través de una pantalla, desde escribirnos un recordatorio, una nota, reservar en un restaurante, llevar una agenda de lo que tenemos que hacer, etc.
Persona usando el móvil
Sin embargo, algunos estudios científicos han demostrado que dejar de escribir a mano podría tener consecuencias para nuestra salud mental, sobre todo para los adultos mayores. Por eso recomiendan recuperar las costumbres de cuando los dispositivos electrónicos no existían.
Aunque la tecnología nos facilita mucho las cosas, no hay que dejar de lado el lápiz y el papel. Escribir a mano sigue siendo una herramienta poderosa para cuidar nuestra mente, aprender mejor y conectarnos con nuestras ideas de una forma más profunda.
un simple ejercicio ya en desuso
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Escribir a mano es un simple ejercicio práctico que nos ayuda a trabajar el sistema cognitivo. Cuando escribimos a mano se activan las distintas áreas del cerebro que no se estimulan de la misma forma al teclear.
Una investigación científica publicada por Frontiers in Psychology afirma que escribir a mano hace que nuestro cerebro necesite una coordinación mayor de movimientos, puesto que hay que visualizar lo que se piensa en un papel y traducir las ideas en palabras que las definan.
La coordinación entre la vista, el movimiento de la mano y el pensamiento hace que se forme una conexión más fuerte con lo que estamos escribiendo. Por eso, muchas veces recordamos mejor lo que anotamos a mano que lo que escribimos en las notas del móvil.
Persona escribiendo sobre un papel
Los expertos recomiendan que cada día escribamos lo primero que nos venga a la mente, lo que queramos. No es necesario que sea un texto muy extenso. Si lo adoptamos como costumbre, trabajaremos también la reducción del estrés y reforzaremos la motricidad fina.