En estos días de preocupación por el coronavirus, y más ante la declaración del estado de alarma, tener cualquier tipo de síntoma asociado a la enfermedad nos inquieta aún más. Incluso si no los tenemos, la hipocondría asola a muchos de forma inevitable. Con una (gran) pregunta encima de la mesa: ¿en qué momento se considera que tenemos fiebre y debemos estar alerta?

Todo lo que debes saber sobre la temperatura corporal

Hay una serie de consideraciones al respecto que conviene tener muy en cuenta ahora mismo.

La temperatura corporal normal

Si la temperatura de nuestro cuerpo está entre los 35 y los 37 grados, no hay de qué preocuparse. El valor más normal, en este sentido, es 36. Aunque no existe una cifra exacta al cien por cien: hay muchos factores que hacen variar la temperatura. Hablamos de la edad, el sexo, el lugar del cuerpo donde nos tomemos la temperatura, el clima...

La diferencia entre los adultos y los niños

Los niños siempre suelen tener unas décimas más de temperatura que sus mayores, pero eso no quiere decir que tengan fiebre. Por ejemplo, los 37 grados y medio que ya pueden llevar a preocuparse a un adulto no son un problema en el caso de los bebés.

La temperatura varía según la parte del cuerpo

Si tomamos la temperatura en el recto o en la boca, obtendremos entre 0,3 y 0,6 grados más que si nos guiamos de la axila, la frente o el oído.

La febrícula no es lo mismo que la fiebre

Cuando tenemos una temperatura entre los 37 y los 38 grados, podemos preocuparnos un poco. Pero tampoco alarmarnos en exceso: son tan sólo unas décimas. ¿Hay que controlar la temperatura por si va a peor? Sí, pero si no va más allá no estamos ante una fiebre demasiado peliaguda.

¿Cuándo tenemos fiebre?

Superar los 38 grados ya es un síntoma de fiebre cuando medimos nuestra temperatura corporal en la axila (hay que restarle medio grado de media si la medimos en la boca o el recto). La fiebre alta es la que va más allá de los 39 grados y llega hasta los 40. Si en uno o dos días no estamos mejor, habría que plantearse ir al médico, e incluso al hospital, en circunstancias normales.

Eso sí, tan malo es tener la temperatura corporal demasiado alta como contar con una muy baja. En el caso de que no lleguemos a los 35 grados, también habrá que acudir a un especialista que pueda indicarnos cómo podemos remediarlo.

Esto es todo lo que hay que tener en cuenta a la hora de preocuparse o no por nuestra temperatura corporal. No hay que olvidar que la fiebre (además de la tos seca, el cansancio o la dificultad para respirar, entre otros) es uno de los síntomas del coronavirus que tanto se ha adentrado en nuestras vidas últimamente.