Llega a un bar y cuando ve para quién está reservada la mesa que quería se queda sin palabras: cliente habitual

Una anécdota que ahora recuerda la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero y que ha enternecido a todos sus seguidores

La mesa reservada

Redacción digital

Madrid - Publicado el

4 min lectura

Si ahora salieras a la calle, con este calor que seguro que estás pasando, lo que más te apetecería es sentarte en una terraza a tomar algo. Todavía más si lo puedes hacer con buena compañía, con alguien que quieres y que es especial para ti.

Por eso mismo, las terrazas y los bares se convierten en un imprescindible de cada verano en España, y raro es cuando en alguna de ellas hay un hueco libre durante estos meses. Se convierten, por así decirlo, en nuestros lugares preferidos de reunión.

Sin embargo, no siempre es fácil encontrar hueco, ya que, como te decimos, es uno de los lugares más frecuentados durante el verano. Así que sí, muchos de estos locales cambian su sistema durante estos meses y provoca que tengas que reservar si quieres ir.

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Terraza en Chipiona

Un método que está muy bien, pero para el que tienes que acordarte hacerlo. Porque si no, te puede pasar lo que le pasó a este cliente de un bar. Esta persona llegó a su bar de confianza y vio que una de las mesas más apetecibles ya estaba reservada.

Cuando vio de quién se trataba, se quedó sin palabras. Una anécdota que ahora recuerda en X, antiguo Twitter, la cuenta @SoyCamarero.

Mudo al darse cuenta para quién estaba reservada la mesa

Cuando llegas a un bar o a un restaurante que realmente te apetecía probar, y ves que no hay hueco, te da muchísima rabia. Y es que, muchas veces, el local funciona solo con reservas y tú no tienes una.

Sin embargo, aunque esto puede parecer algo malo, a veces puede ser hasta bonito. Es lo que le pasó a un cliente de un bar, como ha recogido la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero.

Y es que esta persona llegó a un bar y quiso sentarse en una de las mesas más apetecibles y, cuando llegó para hacerlo, se dio cuenta de que no podía porque ya estaba reservada. Pero lo cierto es que estaba especificado a quién estaba hecha la reserva.

Ahí fue cuando se quedó sin palabras. Y es que encima de la mesa había una foto de la persona para la que estaba reservada y, además, venía con una nota. Era para un cliente habitual muy especial.

“Esta mesa está reservada de 11:15 a 12:15 mientras acudimos al funeral de un cliente habitual que tristemente falleció la semana pasada” empezaba diciendo la nota.

“Este era su sitio favorito. Aquí tienes un café para ti, José. ¡Te queremos!” acababa, con un café encima de la mesa.

Una nota que enternecía rápido a todos los usuarios de las redes sociales, que celebraban este gesto por parte de los dueños del bar y del personal. “Un precioso detalle de respeto y demostración de profesionalidad ante sus clientes” decía un usuario.

“Estos momentos me reconcilian con el ser humano” decía otro de ellos. Y no es para menos.

Una venta de casa barata que desenmascara su secreto

20.000 euros. Ese es el precio por el que se vende esta casa que está ubicada a 70 kilómetros del centro de Albacete. Nada mal, en realidad. No solo eso, sino que su medida es de 150 metros cuadrados, con tres pisos y diferentes habitaciones, además de una amplísima terraza.

Por si fuera poco, esta mujer de una inmobiliaria de Albacete detallaba mucho más de qué estancias constaba la casa. Tenía un sótano, un dormitorio, un amplio salón con chimenea, cocina y algo por lo que, todos los usuarios, se han dado cuenta de que estaba tan barato.

Mientras la mujer enseñaba la casa que, seamos sinceros, necesita una buena reforma, se fijaba en un detalle que asustaría a cualquiera que haya visitado ese piso.

La casa que se vende por 20.000 euros

Y es que conforme enseñaba parte del sótano y de la parte de abajo de la casa (que vende por ese bajísimo precio) decía, muy sigilosamente, que la casa tenía una cueva.

Sí, ahí mismo, enterrada en el sótano, que decidía deliberadamente no enseñar. Claro, entendemos que la casa está en el pueblo, al lado de una montaña, pero nadie espera tener una cueva en su propio piso.

Tanto es así, que los comentarios no se hacían esperar y comenzaban a avisar de que esa casa daba miedo, y mucho. “¿El espíritu está ya empadronado o hay que hacer el papeleo?” “He estado en calabozos más acogedores” o “¿Pero los 20.000 me los dais por vivir a mí ahí?” eran algunos de los comentarios que se podían ver.