1. Lyon

Situada en el este de Francia, Lyon es la tercera ciudad más poblada del país y la segunda ciudad universitaria, lo que hace que su población sea en su mayoría joven. Desde Lyon podrás observar el macizo del Mont Blanc y admirar los ríos Ródano y Saona. Una de las zonas imprescindibles es el barrio la Croix-Rousse en el que podremos descubrir los traboules, pasajes que atraviesan los patios interiores de los eificios y que se usaban durante la época del comercio de seda. 

2. Tallin

A tan solo 80km al sur de Helsinki, Tallin es el centro político y económico de la República de Estonia. En ella se encuentra las principales empresas del país. Tallin surgió como un puerto comercial en el ruta marítima entre Europa Occidental y Rusia. Si es conocida la ciudad es por los 2km de muralla parcialmente reconstruida que se conserva, con 20 torres y dos puertas que hacen que Tallin nos recuerde a una ciudad de ensueño. 

3. Gran Canaria

Con un promedio de 24ºC, Gran Canaria es un destino que podemos visitar en cualquier momento del año. Ya sean sus 60 km de playas o el interior de la isla, Gran Canaria ofrece una gran variedad de actividades para toda la familia. Aunque es más reconocida por su turismo de playa, la isla ofrece una amplia oferta cultural como la Casa de Colón o la Casa Pintada, sin olvidarnos del Roque Nublo o la Necrópolis de Artenara. 

4. Liubliana

Imagina un paisaje de cuento, repleto de bosques y montañas coronadas con castillos. Liubliana encapsula todas las maravillas de Eslovenia a la perfección. Su ubicación permite realizar esquí en los Alpes, pero a la vez bañarse en el mar Adriático, por lo que es uno de las mejores ciudades a la que podemos viajar por la variedad de opciones que nos otorga. Aunque no viajemos con niños, es imprescindible visitar el Dragón de Liubliana que habita en la torre del castillo. 

5. Cracovia

Situada a orillas del río Vistula, la antígua capital de Polonia cuenta con un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con lugares tan interesantes históricamente como el campo de concentración de Auschwitz o las minas de sal de Wieliczka, sigue siendo una ciudad plagada de cultura e historia. Es imprescindible la visita a la Plaza del Mercadio, construida a medidados del siglo XIII y que es una de las más grandes de Europa.

6. Bucarest

Si te fascina la arquitectura, Bucarest es tu destino. La mezcla de estilos neoclásico, Bauhaus, Art Decó, comunista y moderno modelan una ciudad antígua y fascinante. Es imprescindible la visita al Palacio del Parlamento Rumano, que es el edificio administrativo más grande del mundo detrás del Pentágono. Pero Bucarest no es solo arquitectura, sino que también, podemos realizar una excursión a la región de Transilvania, donde nacería la leyenda de Drácula. 

7. Riga

Además de ser la capital de Letonia, es la ciudad con mayor población de los estados bálticos, en la que más de una tercera parte de los letones viven en ella. No nos podemos perder su centro histórico, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A pesar de la influencia soviética, Riga se ha desligado de su influencia, cambiando su estilo de vida y la arquitectura de la ciudad.

8. Sarajevo

Con la Mezquita Gazi Hurasev Bey o la Catedral Ortodoxa Sarajevo es una de las ciudades con mayor convivencia de religión y cultura que nos podemos encontrar. Es otra de las ciudades que ha resurgido de las cenizas, en la que se respira la cultura en cada esquina. Una ciudad clave para la Primera Guerra Mundial, en la que asesinaron al Archiduque Francisco Fernando de Austria.

9. Belgrado

Aunque sea una de las ciudades europeas menos conocidas, es una de las más vibrantes y está llena de vida. Es perfecta para descubrir las nuevas tendencias culturales y apreciar la evolución de una ciudad que fue azotadas por la guerra no hace mucho. Debido a la efervescencia creativa, hay muchos que la consideran como la nueva Berlín. Belgrado es un destino sobre todo para gente joven ya que la vida noctura es una de las más animadas. 

10. Sofía 

Se trata de una ciudad llena de historia, en la que hace más de 2.800 años que empezaron los primeros asentamientos. Localizada en el corazón de los Balcanes, es el sitio perfecto para empezar a conocer Europa del este. Desde las iglesias ortodoxas construidas al estilo moscovita a la comida, la influencia rusa se deja ver desde todos lados. Si decidimos ir a Sofía, no podemos dejar de ver la Catedral de Alejandro Nevski, que tiene una galería de arte plagada de pinturas.