Las piscinas públicas son uno de los mayores reclamos de la temporada de verano para combatir las altas temperaturas. Un chapuzón siempre es necesario pero antes de dárnoslo, debemos saber las normativas que deben cumplir las diferentes piscinas, porque aunque no lo creamos, en muchas ocasiones nuestra salud puede correr peligro.

Las normativas de las piscinas públicas las regulan las comunidades autónomas. Sus decretos son de obligado cumplimiento en todos estos recintos de ocio y de uso público para los habitantes de cada región. Las piscinas privadas funcionan de otra manera y sus normativas son diferentes.

Las principales normas tienen que ver con la higiene, la seguridad y el tratamiento del agua. Si no se cumplen los requisitos que presentamos a continuación, los usuarios están en su derecho de reclamar.

- El aforo limitado es uno de los aspectos importantes a tener en cuenta. En esto influye el tamaño del recinto.

-El servicio de socorristas debe ser regulado correctamente. Cada socorrista debe tener una titulación válida para desempeñar labores de salvamento y socorrismo acuático. Según el aforo, debe haber un socorrista por cada 500 metros cuadrados.

- La calidad del agua debe pasar los controles establecidos en cuanto a niveles de cloración e higiene de la superficie. Cada día, se deben anotar en el Libro de Registro los parámetros de concentración de desinfectante, el color (transparencia del agua), la temperatura y depuración.

- Debe haber también flotadores salvavidas instalados en lugares visibles y a los que puedan acceder los bañistas.

- Las escaleras deben ser de un material antioxidante y antideslizante. Cada 25 metros debe haber una escalera.

- La disposición de aseos y vestuarios instalados en locales cubiertos y ventilados, con agua corriente, papel higiénico, toallas y dosificador de jabón.

-El botiquín de primeros auxilios debe estar presente en todas las piscinas públicas.