Una cocinera experta italiana desvela el error que arruina el sabor de tus tomates: "Pierde aroma, textura y sabor"

El frío de la nevera altera por completo su estructura interna, aroma y textura, convirtiendo un fruto delicioso en un producto insípido y arenoso

Cocinera italiana durante el video

Ignacio Juanilla Bernardo

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El tomate es uno de los protagonistas indiscutibles de la dieta mediterránea y un ingrediente esencial en infinidad de platos. Sin embargo, un gesto tan común como guardarlo en la nevera puede estar arruinando por completo su calidad. Una experta cocinera italiana advierte sobre este hábito tan extendido, explicando que el frío es el peor enemigo de su sabor, aroma y textura originales.

El porqué del cambio: la ciencia detrás del sabor

La clave se encuentra en la composición interna del tomate. Según explica la experta, se trata de un fruto sensible que contiene enzimas que continúan trabajando incluso después de ser cosechado, un proceso que le permite madurar y desarrollar toda su riqueza organoléptica. El problema surge al exponerlo a bajas temperaturas.

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Cuando un tomate se refrigera, "el frío cambia su estructura interna", detalla la cocinera. Este cambio brusco detiene la actividad de esas enzimas responsables de su maduración. Como consecuencia, el proceso se interrumpe y las membranas interiores del fruto se rompen, lo que provoca una modificación irreversible en su composición.

En el frío esta enzima se detiene y la textura se vuelve arenosa y aguada"

Cocinera

De un bocado jugoso a una textura arenosa

El resultado de esta alteración es un producto que poco tiene que ver con el tomate que se compró. La experta es tajante al describir la transformación: "En el frío esta enzima se detiene y la textura se vuelve arenosa y aguada". Aquello que debería aportar un toque fresco y jugoso a una ensalada o una salsa, "queda insípido", lamenta. Se pierde el característico aroma a huerta y el equilibrio entre dulzor y acidez que define a un buen tomate.

El frío cambia su estructura interna"

Cocinera

La conservación ideal para un sabor auténtico

Para preservar todas sus propiedades, los tomates deben conservarse siempre a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco, y lejos de la luz solar directa. De esta forma, las enzimas pueden completar su trabajo, permitiendo que el fruto alcance su punto óptimo de maduración de forma natural y mantenga la integridad de su estructura.

EFE

Una mujer comprueba la calidad de los tomates en un establecimiento

La cocinera recuerda que la base de un buen plato reside en el respeto por el producto. "Recuerda que el sabor empieza mucho antes de cocinar", afirma. Cuidar la manera en que se conservan los ingredientes es "el primer paso" para garantizar un resultado final delicioso y lleno de matices, un principio fundamental en la auténtica cocina italiana.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.