La asociación ecologista Greenpeace ha aplaudido la decisión del Gobierno de rebajar el precio del transporte público y ha lamentado que, por contra, haya optado por extender las subvenciones a los combustibles de automoción porque, a su juicio, sólo sirven para que las petroleras maximicen beneficios.

En un Consejo de Ministros extraordinario, el Gobierno ha dado luz verde este sábado a un real decreto ley con medidas para hacer frente al impacto económico y social de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Entre otras medidas, figura la reducción en un 50 % del precio de los abonos de transporte mensuales expedidos por el Estado y de hasta un 30 % de los emitidos por las comunidades autonómicas y entidades locales; la ampliación hasta final de año de las subvenciones a los carburantes o la rebaja del IVA eléctrico al 5 %.

"Si bien son necesarias medidas de choque temporales para aliviar la situación de hogares y pequeñas empresas, las medidas escogidas están siendo aprovechadas por las empresas petroleras y eléctricas para maximizar sus beneficios", han lamentado desde Greenpeace.

Según los ecologistas, lo que España necesita son soluciones urgentes y verdaderamente efectivas para acelerar la transición hacia un sistema cien por cien renovable que acabe "con nuestra dependencia de los combustibles fósiles y de la energía nuclear que financian la guerra y asfixian a la ciudadanía".

"Es más importante que nunca no seguir cayendo en la trampa de los combustibles fósiles y establecer medidas estructurales que nos permitan liberarnos de su dependencia y de sus consecuencias ambientales y sociales", ha afirmado la responsable de Incidencia Política de Greenpeace, Alicia Cantero.

La organización ha lamentado que se prorrogue la subvención de 20 céntimos al carburante hasta fin de año por la ineficacia de la medida, que, a su juicio, en los tres meses que lleva en vigor "se ha demostrado que ha sido rápidamente absorbida por las grandes petroleras".

Por contra, ha aplaudido las ayudas al uso del transporte público por entender que "supone una apuesta por promover cambios reales en la movilidad que reduzcan el consumo del petróleo"; así como la creación de un impuesto específico para los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas.