El rejoneador Diego Ventura ha cortado hoy dos orejas en Los Califas y ha salido a hombros por la puerta grande del coso cordobés tras protagonizar una destacada intervención ante su lote en una sesión donde Morante y Aguado se fueron de vació.

Las dos faenas de Ventura estuvieron cargadas de tesón. Pero el premio lo obtuvo ante el cuarto, al que consiguió desorejar tras activar todo su potencial a la grupa en una sesión vibrante y de emoción. Destacó en banderillas, tercio en el que perdió pie en la cara del toro sin consecuencias.

Ante un enemigo que acompañó supo cuajar de principio a fin, con desplantes, dejándose llegar y tomando siempre para clavar en lo alto, sin errores, sin enmiendas. Dos orejas de peso.

Ante el que abrió plaza y feria, la apuesta la puso el torero, que, sin enemigo, quiso sacar lo que pudo sin encontrar retorno.

Morante hizo vibrar al respetable con sendas faenas labradas de manera artesanal. Toreó solo, ensimismado, imbuido en una causa que concluyó con una acción creativa, explosiva, artística, pasional. Mejor ante el quinto, al que formó un lío de capa y con el que remató de manera íntima con la muleta. Faenón mal rematado.

En el segundo de la tarde, el primero de su lote, se mostró muy por encima del enemigo, que no concedió y apenas tuvo fondo. Sin fuerza y descastado.

Aguado pasó de manera discreta por Los Califas. Gran parte de la culpa la tuvo su lote. El primero le permitió desplegar la capa hasta que descontó en banderillas, porque el enemigo comenzó a defenderse. Ante el último, ni capa ni muleta. Faena diluida sin fondo y siempre a menos.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros de María Guiomar de Cortés de Moura (rejoneo) y cuatro de Juan Pedro Domecq, aceptables de presencia y juego dispar. Destacaron cuarto y quinto.

El rejoneador Diego Ventura: dos pinchazos y rejón (ovación); rejón (dos orejas).

Morante de la Puebla, de espuma de mar y azabache: tres pinchazos y estocada (ovación); dos pinchazos y estocada (ovación tras aviso).

Pablo Aguado, de negro y plata: estocada caída (silencio); media tendida (silencio).

La plaza registró menos de media entrada en tarde calurosa.