Perera rayó a un buen nivel frente al primero de la corrida, al que instrumentó una faena argumentada sobre la mano diestra y bien refrendada con el acero. Cortó las dos orejas, la segunda un tanto benévola.

En el cuarto, segundo para el pacense, volvió a poner toda la carne en el asador Perera alternando ambas manos en una faena en la que también demostró su autoridad en la distancia corta.

Talavante tuvo que ir ahormando poco a poco al tercero, un tanto remiso en los primeros compases de su lidia, aunque luego acabó cuajándolo especialmente al natural y también con alardes muy a modo buscando el calor de los tendidos de sol.

En su segundo toro Talavante salió nuevamente a por todas dispuesto a descerrajar la Puerta Grande del coso oscense, y toreó de rodillas, a derechas y por naturales de muy buen corte. Además mató a la primera y cortó las dos orejas..

Emilio de Justo se enfrentó en primer lugar al garbanzo negro del envío, un toro blando y claudicante al que exprimió en una labor templada y en la que todo tuvo que hacerlo a favor del astado, al que mató rematadamente mal.

En el toro que cerraba plaza y ante las salidas a hombros ya aseguradas de sus dos compañeros. Emilio de Justo salió a revienta calderas y cuajó una faena muy entregada que, tras la estocada, le valió para cortar las dos orejas.