4ª VIRGEN DE LA VEGA
Paso al frente de Ismael Martín y Marco Pérez en el desafortunado regreso de Morante en Salamanca
Los dos jóvenes salmantinos salen a hombros de La Glorieta tras repartirse cinco orejas en total.

Ismael Martín y Marco Pérez, a hombros este viernes en La Glorieta
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El cuarto festejo de abono de la feria de Salamanca tuvo nombres propios: Marco Pérez, que paseó tres orejas, e Ismael Martín, que cortó dos, se erigieron en protagonistas de una tarde marcada por el regreso de Morante de la Puebla, pitado tras un paso gris y sin brillo, en un desigual encierro de Matilla que no terminó de romper.
La tarde comenzó con una ovación cerrada a Morante al término del paseíllo. El público de La Glorieta le mostró respeto y cariño, pero lo que vino después quedó lejos de las expectativas. Al sobrero que abrió plaza, tras devolverse el primero por inválido, el sevillano lo toreó refugiado en el tercio, intentando dibujar muletazos con ambas manos en los que dejó su sello de clase, aunque sin continuidad. En el cuarto, un toro de feas formas y que tiraba derrotes arriba, se desentendió pronto, quitándoselo Morante de encima en una faena breve que encendió la protesta de los tendidos.
El aire fresco lo trajo Ismael Martín con el segundo. El torero de Cantalpino, que sustituía al convaleciente Manzanares tras triunfar la pasada semana, saludó de rodillas con una larga cambiada, lució variedad en el capote y poderío en banderillas, con un espectacular par de la moviola que levantó a la plaza. “Esaborido”, un toro de gran nobleza, fijeza y ritmo, le permitió desplegar una faena vibrante, iniciada con un farol de rodillas y templada sobre la diestra. En la segunda parte de la labor volvió a arrodillarse, conectando con el público en una exhibición de valor y entrega. La estocada hasta las cintas rubricó una obra de triunfo importante.
En su segundo, el quinto, trató de redondear su tarde, pero el animal, rajado y sin entrega, apenas aguantó dos tandas.
Si Martín tiró de raza, Marco Pérez desató ilusión y madurez. La evolución y el paso está siendo más que evidente en este mes de septiembre. El salmantino ha dado un paso al frente y hoy lo ha demostrado en La Glorieta. Vestido con un precioso terno del recordado Julio Robles, saludó al tercero con una larga cambiada de rodillas y apenas lo castigó en varas para apostar por él en la muleta. Arrancó la faena con cambiados por la espalda, sin arredrarse por el viento ni por la fea voltereta sufrida en la tercera tanda. Su obra tuvo raza y poder, bajando la mano a un toro con genio que se defendía cuando se sintió dominado. Paseó una oreja de peso.
Al sexto lo recibió a porta gayola, enlazando dos largas cambiadas en el tercio a un toro de gran cuajo y seriedad en la cara. Con los palos se lució Elías Martín, que saludó montera en mano. Marco abrió faena de rodillas y luego, en pie, se mostró asentado y relajado, toreando con gusto y hondura sobre la diestra. Al natural alcanzó largos y templados muletazos que llevaron la faena a altos vuelos en un palmo de terreno. El toro acabó rajado, pero el salmantino supo aprovecharlo en circulares invertidos antes de rematar con luquesinas y un volapié de ejecución inapelable. Las dos orejas cayeron por aplastante mayoría de pañuelos.