Hernández roza la puerta grande y Fonseca triunfa con dolor en Las Ventas

Paco Aguado

La notable actuación del madrileño Víctor Hernández y la oreja que cortó el mexicano Isaac Fonseca a costa de una seria lesión resumen la vibrante novillada celebrada hoy en Las Ventas, en la que se lidió un encastado encierro de Fuente Ymbro.

La expectación que el festejo había despertado entre los aficionados, con el anuncio de tres novilleros que ya habían destacado este mismo año en Las Ventas, no quedó, como tantas veces, en decepción, pues la terna tiró de valor y de entrega para imponerse a un encierro de Fuente Ymbro muy exigente en distintas versiones.

Los hubo, como el primero, con un violento genio que, sumado a las molestias del viento, hizo que mediada la faena de muleta Víctor Hernández ya hubiera sufrido dos aparatosas cogidas de las que salió milagrosamente ileso.

De ahí la auténtica importancia de la oreja que acabó por cortarle el madrileño, que sin mudar de color, como si nada hubiera pasado, acabó sometiéndole y sacándole una docena de soberbios naturales que, tras unas apretadísimas bernadinas, remató con una estocada fulminante y el corte de la primera oreja de la tarde.

La actuación de Hernández fue la de mayor entidad de la interesante novillada, porque con el cuarto, que le midió mucho y se quedaba por debajo al embestir por el derecho, tuvo también premio a su paciente firmeza cuando el de Fuente Ymbro acabó tomando el engaño con claridad por el otro pitón.

Y fue entonces cuando llegaron otras dos series de naturales de una magnífica dimensión a cargo de Víctor Hernández, por la pureza de los cites, el temple de sus muñecas y la elasticidad de su cintura para enroscarse al utrero en un trazo ralentizado.

Pero a la cumbre le siguió un desarme y algún otro desajuste al adornarse, así como dos golpes de descabello que enfriaron los ánimos y el dejaron sin la que hubiera sido una merecida salida a hombros por la Puerta Grande.

Y aún la hubiera conseguido de no haberse negado el presidente a atender la masiva petición de oreja del sexto, que mató por Fonseca, un utrero con calidad pero muy escaso fondo con el que el madrileño no rendondeó al mismo nivel, antes de tumbarlo de otro espadazo fulminante.

También decidido a salir a hombros hizo el paseíllo Isaac Fonseca, al que le cupo en suerte el novillo más completo del sexteto, un tercero de preciosas hechuras que no paró de embestir con un enclasado galope de principio a fin de su lidia.

Le puso también decisión a la cosa el mexicano, solo que no siempre logró marcar el ritmo en una faena de altibajos, de más voluntad que brillo, condicionada sin duda por la fuerte voltereta que le propinó el utrero al poco de iniciarla.

Fonseca se mantuvo en el ruedo con una visible cornada en la pantorrilla dererecha y, como se supo después, también con una fractura de mandíbula, lo que acabó de ameritar especialmente la oreja que paseó también tras otra de las varias estocadas de rápido efecto que se vieron en el festejo.

Sin trofeos se fue Diego García, que volvía tras una discutida salida a hombros el 1 de mayo y que estuvo también firme y entregado con un segundo protestón y sin clase, para luego dilatarse con el cuarto, que tuvo entrega y fue a más, y con el que solo se acompasó muy avanzada una faena que, paradójicamente, fue silenciada tras una injustificada petición de trofeo.

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FICHA DEL FESTEJO:

Seis novillos de Fuente Ymbro, de correcta presentación aunque desiguales de hechuras y de juego encastado en distintas variantes, desde el genio y la aspereza de los dos primeros a la gran clase del tercero, que fue el mejor con diferencia.

Víctor Hernández, de lila y oro: estocada tendida (oreja); estocada desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso); y estocada (vuelta al ruedo tras petición), en el que mató por Fonseca.

Diego García, de tórtola y oro: estocada (ovación tras leve petición); media estocada (palmas tras petición de oreja).

Isaac Fonseca, de celeste y oro: estocada delantera desprendida (oreja), en el único que mató.

Fonseca fue atendido en la enfermería de una cornada en el tercio medio de la cara interna de la pierna derecha, con dos trayectorias: una ascendente de 15 centímetros y otra hacia afuera del 10 centímetros, que producen destrozos en la musculatura gemelar. Además presentaba una fractura mandibular izquierda y una contusión en la mano derecha, ambas pendientes de estudio radiológico en el centro hospitalario al que fue trasladado.

Entre las cuadrillas, destacó con el capote y las banderillas Iván García, que saludó en el sexto.

Algo menos de un tercio de entrada (unas 6.000 personas), en tarde de viento racheado.