MADRID - 7ª SAN ISIDRO
'Frenoso', la bravura sin premio con la que Fernando Adrián rozó la gloria
Un gran toro de Victoriano del Río propicia una notable faena del diestro madrileño, que pinchó el triunfo. Discreta tarde de Manzanares y Aguado.

Madrid, viernes 16 de mayo de 2025. Fernando Adrián pincha al gran 'Frenoso'
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La corrida había arrancado con ambiente enrarecido, fruto de los cambios de última hora en los corrales. El cartel, atractivo, reunía a José María Manzanares, Pablo Aguado y Fernando Adrián ante toros de tres hierros. La terna ofreció intenciones desiguales, pero fue un gran toro de Victoriano del Río el que sostuvo la tarde.
El gran protagonista fue 'Frenoso', un toro con poder, ritmo y duración. Serio por delante, mostró desde el principio un tranco vibrante que no se apagó en toda la lidia. En el caballo empujó con bravura y en la muleta se rompió a embestir por abajo. Fernando Adrián lo entendió desde el primer momento. Brindó al público, se lo pasó por la espalda en los medios, y a partir de ahí hilvanó un trasteo que combinó firmeza, largura y mando, especialmente por el pitón derecho, por donde surgieron los momentos más rotundos. Al natural hubo una primera tanda de tanteo antes de firmar una más esta vez más profunda. La plaza en pie y el toro de Victoriano respondiendo hasta el final. El epílogo, por bernadinas y adornos por bajo, terminó de poner en ebullición a los tendidos. El público estaba rendido. Pero la espada, tras dos pinchazos y varios intentos con el descabello, se convirtió en muro. Hubo vuelta al ruedo para el torero. Al toro, el palco le negó la suya al toro, aunque la ovación en el arrastre habló por sí sola.
Antes, Adrián lidió otro ejemplar con buena presencia pero sin emoción de Puerto de San Lorenzo. El animal se apagó rápido y, aunque el torero lo intentó, no hubo mayor historia. Mató con dificultad y fue silenciado.
José María Manzanares tuvo en su primero un toro noble y con calidad del Puerto, aunque justo de fondo. Lo toreó a ráfagas, sin continuidad, pero dejó algunos muletazos con su reconocida estética por el pitón derecho. Mató de una gran estocada con el toro cerrado en tablas. Pero quedó la sensación de que hubo material para algo más.
En el cuarto, otro toro con opciones de Las Ventana del Puerto, el alicantino volvió a mostrarse pulcro y correcto, pero sin acabar de romperse. Nueva estocada efectiva que tumbó al toro con prontitud. Le queda una nueva tarde en este San Isidro para intentar rescatar una imagen que no salió bien parada esta tarde.
Pablo Aguado se enfrentó a un primer toro de Victoriano del Río con disparo, de embestida cambiante. Pese a su voluntad, el sevillano no logró encauzar faena. Lo mejor llegó al natural, en una tanda de mucho gusto pero de escasa conexión con el público. Un corte en la mano en el primer intento con la espada le obligó a pasar a la enfermería.
El sexto de La Ventana del Puerto tampoco ayudó: un toro castigado en exceso que se apagó en la muleta. Aguado lo intentó por ambos lados, pero la faena no tomó vuelo en ningún momento.