Defender un estilo por encima de todo, defender la sobriedad, defender lo que se es y en lo que se cree; salir al ruedo y expresar una emoción con la convicción de quien sabe hacia dónde va y cuál es el camino que lo ha de llevar. Antonio Nazaré ha interpretado el torero de verdad en una temporada de triunfos trasmitiendo sus cualidades y calando en los tendidos.

Alejado de las grandes ferias esta temporada, sus mayores triunfos llegaron en cosos como los de Almagro, Villacañas o Sangüesa. Para el sevillano, este año ha sido “para seguir creciendo, de rebuscar y ahondar en mi concepto, así se ha visto reflejado en las plazas donde he triunfado, de sumar un número bueno de corridas para como están las cosas”.

Lo que tiene claro Nazaré, sea cual sea el marco donde toree, es “mantener el mismo concepto del toreo de siempre, porque soy fiel a mi forma de sentir a lo que me ha traído hasta aquí y todas las tardes he intentado sentir y expresarme en mi mejor versión”.

El toreo hispalense también reflexiona sobre lo que le ha faltado a su temporada. “Claro siempre faltan cosas, me hubiese gustado pisar ferias importantes, sumar un mayor número de corridas... El día que quede satisfecho con lo realizado será una señal de conformismo”.

Sobre su mejor faena del año, Nazaré corrobora que “he cuajado varios toros, en Almagro, Sangüesa, La Adrada, Villacañas... Pero una tarde por la importancia de la plaza sin tener el triunfo que buscaba y lo difícil que salió la corrida fue la de Vic-Fezensac donde salí reforzado mentalmente”.

De cara a 2019, lo tiene claro el torero: “Me gustaría volver a pisar plazas como Sevilla y Madrid que tanto dan y tanto necesitamos los toreros y por supuesto seguir siendo feliz con mi profesión como lo soy hasta el día de hoy”, concluye Antonio Nazaré.