Todo buen acto merece su recompensa y Saturnino, de buenos actos, sabe mucho. Y de campo también, porque ha dedicado más de 25 años a cuidar y tratar la vegetación y los plantíos de Galapagar. Eso sí, de forma totalmente altruista y por amor al arte.

Quitar malas hierbas, podar árboles, encauzar las nuevas plantaciones... Estas son solo algunas de las tareas que Saturnino hace desde que se levanta bien temprano hasta que se acuesta. Y por eso es uno de los vecinos más queridos del municipio, según nos cuenta Ángel Camacho, Concejal de Medioambiente.

Tanto es así, que este reconocimiento es uno más de los muchos que ya tiene: una placa de agradecimiento en el año 2006 que guarda con cariño en casa, y un parque con su nombre en 2012. Todo un detalle que Saturnino guarda en su corazón, y que todos los demás habitantes de la localidad pueden disfrutar en su honor.

Aunque pensemos que hablamos de un hombre arraigado al campo, lo cierto es que en Galapagar también lo han conocido por su vinculación con el mundo del préstamo de hipotecas y las cuentas de ahorro. Saturnino trabajó como Primer Oficial en el Banco Exterior de España, una entidad ya desaparecida. Cuando se jubiló a los 60 años, pensó que podía hacer algo más por su municipio y por su gente. Y lo ha hecho, ahora los campos de Galapagar son envidiados por todos.

Su salud física y mental también es envidiable. Hasta hace un año, él solito se las apañaba para recorrer los caminos y las vías pecuarias en busca de rastrojos que retirar. Y ahora, acompañado de un operario que el Ayuntamiento ha puesto a su disposición, Saturnino quiere seguir con esta labor hasta que el cuerpo aguante. Seguro que la naturaleza, agradecida, se lo concede por muchos años más.