Son datos de la propia organización, que cree que el número debería ser mayor, y que no lo es por la dificultad de la población femenina a la hora de acceder a programas de tratamiento. Es por esto que ya se han creado varios específicamente para ellas. Como por ejemplo un programa de reinserción de mujeres drogodependientes con hijos (que son el 10% de las que acuden a la organización frente al 1% de hombres con hijos), u otro destinado al apoyo a parejas de personas en tratamiento, exclusivamente para mujeres y que pretende ser un espacio de empoderamiento del género femenino.

Las diferencias entre ambos géneros cuando acuden a Proyecto Hombre son muy significativas. La edad media de las mujeres en los tratamientos es de 40 años, dos más que los hombres, su nivel de estudios es menor, cuentan con una mayor tasa de desempleo, la carga de trabajo doméstico es mayor, y las que trabajan lo hacen en jornadas laborales más reducidas. Por otra parte, ellas padecen de problemas de salud crónicos en mayor medida que los hombres (41% frente a 29%), más ansiedad y depresión. Es sólo en el caso de las conductas violentas y agresivas donde el género masculino reconoce tener más problemas (42% frente al 39%).

La edad media de las mujeres en los tratamientos es de 40 años

Mientras que los hombres acuden principalmente por adicción a la cocaína, la mitad de las mujeres que busca ayuda lo hacen por problemas con el alcohol, frente a un tercio de los hombres.

Es por todo esto por lo que el objetivo que persigue Proyecto Hombre es potenciar los programas y tratamientos dirigidos específicamente a mujeres y formar a sus trabajadores en la perspectiva de género para así poder dar el mejor tratamiento posible dependiendo de quién lo necesite.