Los gimnasios estaban preparados para abrir sus puertas en la fase 2, con limitaciones de aforo, grandes medidas de higiene, y una nueva filosofía para encarar las exigencias del desconfinamiento por el coronavirus.

Esto implicaba que estos establecimiento podían abrir este lunes prácticamente en media España, pero no va a ser así. Sanidad echaba este domingo un jarro de agua fría para aquellos propietarios de gimnasios que lo tuvieran todo preparado porque ha decidido aplazar a la fase 3 de la desescalada la apertura de gimnasios.

Tras la reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y los presidente autonómicos, y en la rueda de prensa posterior al encuentro del ministro de Sanidad, Salvador Illa este especificaba que los gimnasios no podrán abrir hasta la fase 3 porque este tipo de establecimiento "requiere especial atención por el contacto físico y el uso compartido de zonas y elementos" como los vestuarios.

Por lo tanto, la "apertura de las instalaciones deportivas cubiertas para la realización de actividades deportivas, con cita previa y al 30 % de su capacidad" como medida de la fase 2 pasa a ser una de las características de la siguiente fase, en la que, de momento, no ha entrado ningún territorio todavía.

El PP ha pedido alGobierno la reapertura de los gimnasios privados

El grupo parlamentario popular ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley por la que pide que se permita la reapertura de los gimnasios privados con un protocolo sanitario específico.

El PP plantea al Ejecutivo "diseñar un protocolo sanitario especial de reapertura de instalaciones deportivas privadas, concretando los recursos necesarios de protección personal ante los posibles contagios".

Además, Insta al Gobierno a poner en marcha una campaña de información institucional en la que se promuevan los hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte, dirigida a la sociedad en general y, en especial, a la población infantil, población con enfermedades crónicas o afectados por el sedentarismo.

Los populares recuerdan que, antes de producirse su cierre temporal con motivo del estado de alarma, España contaba con más de 4.000 instalaciones deportivas privadas, con 5,5 millones de usuarios y una facturación anual de 2.000 millones.

Hasta hoy se permite el uso de este tipo de centros de manera individual, con cita previa, por turnos y sin contacto físico, lo que en esencia hace inviable económicamente la apertura. De hecho, solo un puñado de locales lo han hecho en todo el país. A partir de ahora, ese aforo aumenta hasta las 10 personas, pero sigue siendo insuficiente para que muchos den el paso de reabrir.