¿Por qué en España tenemos dos apellidos? La respuesta está en las clases sociales de la historia

Sirvió como distintivo social y posteriormente se amplió a toda la sociedad; España es de los pocos lugares en el mundo en los que se mantiene el doble apellido

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Quizá sea una duda que todo el mundo ha podido dejar de lado, pero seguramente sea una de las que más debate silencioso nos pueda dejar sin argumentos en más de una ocasión. El caso es que cuando todos nosotros miramos nuestro Documento Nacional de Identidad, nos encontramos con un nombre y dos apellidos; pero, ¿cuál es el origen de esta costumbre?

Hasta principios del XVI lo habitual era que cada persona cargase con un nombre de pila y un genitivo, una especie de apodo que estaba relacionado con su lugar de origen o de familia y que, básicamente, servía para identificarla. Esto era un problema también en una administración compleja para los registros porque, dos hermanos se podían apellidar igual si habían nacido en ciudades distintas. Un problema.

En 1501 se instituyó esta medida a través del propio cardenal Cisneros, que afirmó que cada persona recibiría el apellido de su progenitor de forma obligatoria y fue el primero paso para que hoy compartas apellidos con padres y hermanos. Ya en el siglo XVI, el uso del doble apellido fue calando entre la clase alta de Castilla, sobre todo, e de buen linaje y que se resistía a ver cómo una de sus marcas de familia se podría perder. Con el paso del tiempo fue calando entre el resto de la población del país.

Hasta la primera mitad del siglo XIX nos debemos remontar para asegurarnos que lo del doble apellido era ya habitual entre los ciudadanos españoles, aunque todavía estaba sin regular. Para que su situación empezase a institucionalizarse habría que esperar hasta mediados del mismo siglo cuando se incluye por primera vez en el registro oficial. Que se convirtiese en la norma exigió, sin embargo, algo más de tiempo: no llegó hasta el Registro Civil de 1871.

Su aplicación vía ley se confirmó ya definitivamente dos décadas después, con el Código Civil de 1889. Aquel texto recogía en su artículo 114 que los hijos tienen derecho a ambos apellidos, el del padre y la madre. Práctica similar se encuentra en otras latitudes, como países de habla hispana.

A lo largo de los últimos años, en países como Italia o Francia se han dado pasos también para que los hijos puedan incorporar sus dos apellidos. En el país galo, por ejemplo, hay un movimiento llamado 'Porte mom nom' para que los recién nacidos reciban ambos apellidos de forma automática. En Suecia la situación es totalmente opuesta, pues prima el apellido de la madre.

España no es la única nación

A lo largo de los últimos años, en países como Italia o Francia se han dado pasos también para que los hijos puedan incorporar sus dos apellidos. En el país galo, por ejemplo, hay un movimiento llamado 'Porte mom nom' para que los recién nacidos reciban ambos apellidos de forma automática. En Suecia la situación es totalmente opuesta, pues prima el apellido de la madre.

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