Es frecuente sufrir en los hogares pequeños contratiempos que, sin embargo, alteran de manera considerable nuestro día a día. Una avería del aire acondicionado en plena canícula, una televisión que falla, un frigorífico que no enfría o la ruptura de una tubería que provoca el escape de agua. Lo peor es que esto último te ocurra fuera de casa, y cuando llegues al domicilio te encuentres con un desajuste importante en forma de pequeña inundación y humedades en las paredes.

Como es natural, nuestro primer impulso al estropearse una tubería es llamar al fontanero de manera urgente. Sin duda, es la opción más fiable, ya que es bueno ponerse en manos de un profesional en estos casos, pero también es viable que tu mismo hagas un apaño hasta que el fontanero tenga un hueco para acudir a tu vivienda y dar una solución.

¿Qué podemos hacer en caso de una pequeña avería de una tubería?

Una vez hemos superado el estado de pánico inicial y comprobar que las gotas de agua no cesan, debes buscar la manera de frenar la salida, por lo que es esencial localizar donde está la avería.

Una vez localizada la tubería fallida, tratamos de taponar la salida de agua con cinta aislante. No escatimes en cantidad, ya que es necesario reforzar la zona afectada para evitar daños mayores.

¿Y si la avería es mayor?

Ojo, que la dificultad es mayor en caso de que la tubería defectuosa sea de grandes dimensiones. La inundación puede producirse en cuestión de segundos, por lo que tenemos que ser eficaces a la hora de buscar una solución temporal al conflicto.

El procedimiento es similar al de las pequeñas averías. Es decir taponar el agua con cinta aislante y, a continuación, cortar el suministro de agua para evitar salida de agua y también el de la electricidad para que no se produzcan cortocircuitos. De esta manera no pondremos en riesgo nuestra propia vida. Sin apenas tiempo que perder, tenemos que proceder a achicar todo el agua posible para evitar que la inundación afecte a los vecinos de la planta baja mediante las filtraciones.

Posteriormente, debemos vaciar las tuberías del agua que haya quedado en el interior. Es la forma más eficaz para que la fuga de agua desaparezca. Se hace abriendo todos los grifos del inmueble. Así el agua que quede en el circuito se irá por los desagües y no habrá posibilidad de que salga por la rotura de la tubería.

Y finalmente, el fontanero

Una vez evaluado los posibles daños causados, es el momento de ponerse en contacto con el fontanero para que repare la avería de la tubería averiada. Dependiendo de la gravedad de los daños, tendremos que recurrir a un profesional de guardia 24 horas o esperar al día siguiente.