La pandemia no solo ha traído consigo graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales, sino que además ha afectado gravemente a la salud mental de muchos ciudadanos. Desde el confinamiento domiciliario el año pasado, han sido cada vez más jóvenes y adolescentes los que han sufrido algún tipo de cuadro depresivo durante la pandemia.

De hecho, hace tan solo dos semanas, un estudio del Parque Sanitario Sant Joan de Déu reveló que los jóvenes de 18 a 34 años habían mostrado una prevalencia de la depresión del 16,6 por ciento durante el confinamiento. Recurriendo a los datos anteriores, a mediados de junio de este mismo año, ya se alertó de que los cuadros depresivos en jóvenes se habían triplicado durante la pandemia, mientras que los casos de depresión se habían cuadruplicado y los casos de estrés postraumático se habían multiplicado por cinco. Una serie de datos que nos llevan a preguntarnos, si realmente la pandemia ha acelerado esto o si, por el contrario, se trata de algo que venía cultivándose desde hace años.

"Todos tenemos factores de riesgo a la hora de enfrentarnos a una depresión, en mayor o menor medida", ha asegurado el psiquiatra forense y colaborador de 'Fin de Semana' en COPE, el doctor José Manuel Gaona. Estos factores, tal y como ha explicado, pueden ser "de tipo social, familiar o genéticos". En este sentido, el doctor Gaona ha querido utilizar una metáfora: "Es como cuando se está construyendo un barco: dependiendo de la intensidad de la tormenta, habrá navíos que naveguen de una mejor manera y otros que comiencen a hacer agua y hundirse".

El psiquiatra forense no ha dudado a la hora de defender que el confinamiento ha ayudado a disparar los casos: "Lo que es la pandemia y el confinamiento, ha obligado a convivir con la familia, que tiene muchos aspectos positivos, pero también aumenta el nivel de roce".

También se ha referido a la resiliencia, "la capacidad de manejo y aguante de las frustraciones", que al parecer, "no da la impresión de que esté rica en ciertas capaz de la población". "Ha sido el detonante", ha asegurado muy contundente.

"La estadística en adolescentes depresivos es relativamente elevada, igual que la ansiedad", ha sentenciado. Llegados a este punto, hemos querido saber con exactitud cómo diferenciar con exactitud un cuadro depresivo de un simple episodio de tristeza, que a su juicio "origina mucha confusión semántica".

"La tristeza es una de las varias docenas de síntomas que hay en la depresión", ha apuntado. Por otro lado, "la depresión tiene muchos más síntomas de tipo somático y se acompaña de ansiedad, presión en el pecho, palpitaciones, alteraciones de los ritmos circadianos, alteraciones del sueño, alteraciones bioquímicas y hormonales. Es un conjunto de síntomas que producen este síndrome depresivo. La tristeza es tan solo uno de los tantos síntomas", ha explicado.

No obstante, y una de las buenas noticias, es que cada vez más personas que sufren este tipo de afecciones, son capaces de hablar de ello abiertamente, lo cual ha llevado a una normalización de la enfermedad en la sociedad. "Dejar de estigmatizarlo abre las puertas a que muchas personas acudan al profesional y evitar daños mayores", ha comentado el doctor Gaona. "La normalización puede ocasionar bienestar porque te vas a poner en tratamiento y vas a poder vencer la enfermedad la mayor parte de las veces", ha concluido el psiquiatra forense.