La leche de vaca aumenta los síntomas de la esclerosis múltiple: Se debe a una reactividad cruzada

La EM es una enfermedad que genera problemas neurológicos. Esto ocurre porque el sistema inmune destruye la mielina, que es la encargada de proteger los nervios

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Dentro de las enfermedades autoinmunes, la esclerosis múltiple (EM) es la que prevalece, habiendo en España 55 mil personas diagnosticadas. La enfermedad es neuroinflamatoria desmmielizante del sistema nervioso central. El sistema inmune elimina la mielina, lo que genera parestesias, problemas de visión e incluso trastornos del movimiento. La mielina es una vaina compuesta por proteínas y sustancias grasas que protege los nervios, incluidos los del cerebro y el sistema central, por ello es muy importante. Además, permite que los impulsos eléctricos se transmitan entre las neuronas rápida y eficazmente.

Los pacientes que padecen la EM, en ocasiones sienten molestias y los síntomas de su enfermedad son más notables tras ingerir productos lácteos. Por ello, un equipo de investigadores de las Universidades de Bonn y Erlangen-Nuremberg han realizado un estudio para explicar esta situación. Al parecer, la proteína en la leche de vaca "puede desencadenar una inflamación que se dirige a la "capa aislante" alrededor de las células nerviosas", explican los científicos. El estudio se centró primero en experimentos con ratones, donde pudieron comprobar que se daba esta reacción inflamatoria, aunque también se dio el mismo mecanismo en el organismo humano.

Reactividad cruzada

Por este motivo, es recomendable que algunos pacientes eviten tomar lácteos. Durante la investigación, inyectaron caseína (proteína de la leche de vaca) en los ratones y observaron que se producían problemas neurológicos. El estudio indica que "la microscopía electrónica mostró daño a la capa aislante alrededor de las fibras nerviosas, la mielina. La sustancia similar a la grasa previene los cortocircuitos ". Rittika Chunder, becaria postdoctoral en el grupo de investigación comenta que "las defensas del cuerpo en realidad atacan la caseína, pero en el proceso también destruyen las proteínas involucradas en la formación de mielina".

Esto quiere decir que se produce una reactividad cruzada, la cual se da cuando dos proteínas son muy similares y el cuerpo no es capaz de distinguirlas. Los expertos decidieron comparar la caseína con distintas moléculas que son importantes para la producción de mielina. "En el proceso, nos encontramos con una proteína llamada MAG. Se ve notablemente similar a la caseína en algunos aspectos, tanto que los anticuerpos contra la caseína también fueron activos contra MAG en los animales de laboratorio, desestabilizando la mielina", dice Chunder.

Alergia a la caseína

Después implantaron en el tejido cerebral humano los anticuerpos a la caseína que habían generado los ratones. "Ciertos glóbulos blancos, las células B, son responsables de la producción de anticuerpos. El estudio encontró que las células B en la sangre de las personas con EM responden de manera particularmente fuerte a la caseína", comentan los investigadores. Al parecer, algunas de las personas que padecen esclerosis múltiple desarrollan una alergia a la caseína, por lo tanto, cualquier lácteo desencadena unos anticuerpos contra la proteína, dándose lugar la reactividad cruzada y, como consecuencia, un efecto potenciado de los síntomas.

Los expertos advierten de que es posible que haya personas que aumenten el riesgo de sufrir esclerosis por la leche de vaca. Porque la caseína también puede desencadenar alergias también en ellos. "Actualmente estamos desarrollando una autoprueba con la que las personas afectadas pueden verificar si tienen los anticuerpos correspondientes", aseguran los científicos.

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