Centroamérica es una región completamente llena de pequeñas islas y archipiélagos; muchos de estos lugares son conocidos, como las islas de El Salvador, República Dominicana, Haití, Barbados o Trinidad y Tobago. Todos estos puntos se caracterizan por ser enclaves de mucho interés turístico y por tener (o haber tenido en el pasado), alguna influencia con los países europeos. De hecho, este es uno de los motivos por los que pasamos a conocer una de estas islas. Hablamos de Montserrat, uno de los pocos territorios situados en Centroamérica que aún a día de hoy cuentan con alguna influencia de otros países; en este caso, es Gran Bretaña quien guarda competencias de soberanía sobre Montserrat.

Pero antes de continuar, debemos pararnos a conocer de dónde viene el origen de esta isla y qué historia hay detrás. Montserrat consta de un área de 102 kilómetros cuadrados, lo que equivaldría aproximadamente al tamaño de la ciudad de Vigo. En ese espacio, vivían más o menos unas 15.000 personas, y la propia isla se sitúa en las Antillas Menores. El nombre de la isla, proviene de Cristóbal Colón, quien al llegar al lugar lo denominó como Montserrat, en homenaje a la cordillera homónima que se sitúa en Cataluña.

A pesar de su pequeño tamaño, Montserrat cuenta con tres volcanes; uno de ellos está orientado al sur, zona en la que se sitúa la capital; Plymouth. La vida en esta pequeña ciudad siempre fue normal, sin muchos alardes y sin cambios aparentes, vida común sin cambios ni diferencias, hasta que en la década de los años 90 tuvo lugar un inmenso desastre.

Soufrière Hills es el nombre del volcán que en el mes de julio de 1995, después de más de un siglo de inactividad, despertó y entró en erupción. Fue el 18 de julio, en ese mismo verano, cuando la mitad sur de la isla, comenzó a sumergirse en ceniza. La lava y el piroclasto comenzaron a generar el caos, destrozando gran parte de la isla y salvando la capital milagrosamente. Aun así, y por precaución, se decidió desalojar a los residentes hasta que todo se calmara, como finalmente ocurrió.

Dos años de calma para una tempestad demencial

Después de que la normalidad llegara a la ciudad de Plymouth, el 25 de junio de 1997, Soufrière Hills volvió a erupcionar, aunque esta vez de manera mucho más agresiva, dejando a diecinueve personas sin vida. La ciudad quedó en una situación muy vulnerable, al igual que sus pobladores. Apenas un mes después, una tercera erupción dejó arrasada por completo la capital, quedando debajo de más de un metro y medio de ceniza.

Del total de la población de la isla de Montserrat, solo quedó un tercio de la misma. A día de hoy, viven allí 4.992 personas, todos ellos viven en la zona de San Pedro que está al norte del cayo. Es allí donde igualmente se ha desplazado todos los edificios gubernamentales, aunque técnicamente ninguno de ellos está en una capital que desde el año 1995 está completamente despoblada.