La coordinadora humanitaria de Naciones Unidas en Haití, Ulrika Richardson, ha condenado el aumento de la violencia contra los trabajadores e instalaciones sanitarias tanto en la capital del país, Puerto Príncipe, como en el resto del territorio.

"La comunidad humanitaria pide a todas las partes involucradas en ataques contra el sistema sanitario a parar inmediatamente todas las formas de violencia contra la población e infraestructura humanitaria a la vez que urge a respetar la neutralidad de las instalaciones sanitarias y de sus trabajadores", ha declarado el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, durante una rueda de prensa.

Un grupo de hombres armados atacó el pasado jueves por la noche un hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en la capital del país para llevarse a un paciente con heridas de bala mientras estaba en quirófano, según la propia organización.

Además, MSF confirmó la suspensión de las actividades en este centro por razones de seguridad, y no es la primera vez que la organización se ha visto obligada a tomar este tipo de medidas.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó a principios de junio su "profunda" preocupación por "el ciclo de crisis" que envuelve el país y ha recordado a la comunidad internacional que "no es el momento de olvidar a Haití ni de debilitar nuestra solidaridad con su pueblo".

La ONU estima que 5,2 millones de personas, entre ellas casi tres millones de niños, necesitan ayuda humanitaria, mientras que 4,9 millones sufren inseguridad alimentaria. La violencia, que se ceba especialmente con Puerto Príncipe, ha provocado el desplazamiento de casi 128.000 personas y sigue sumando víctimas de manera diaria, puesto que desde abril, se han documentado más de 260 asesinatos de supuestos pandilleros.