Sobre las cuatro de la tarde de ayer jueves se confirmaba la peor de las noticias: el hallazgo del cuerpo de una niña en la zona en la que se buscaba a las dos menores, Olivia y Anna, así como a su padre Tomás Gimeno desparecidos desde hace 44 días.

Inmediatamente una patrullera de la Guardia Civil se desplazaba hasta el buque oceanográfico, Ángeles Alvariño, a donde se subía el cuerpo de quien a falta de la autopsia definitiva corresponde a Olivia, la mayor de ellas.

La rápida identificación del cuerpo apenas dos horas después de ser localizado, se debió al hecho según fuentes de la investigación consultadas por COPE Canarias, al hecho de que en el bulto donde se encontraba el cadáver -una bolsa de deporte atado al ancla- se hallaron objetos personales de Olivia.

En la zona de la búsqueda continúa el Ángeles Alvariño trabajando en tres turnos en la incesante tarea de localizar a Anna y al padre de ambas, Tomás Gimeno. Junto a ellas, se halló igualmente otra bolsa de deportes también lastrada por el ancla, vacía.

El Juzgado había incoado en el pasado mes de abril diligencias previas en referencia a la presunta desaparición y secuestro de las niñas, apuntando a su padre, Tomás Gimeno, como principal sospechoso. Las diligencias están declaradas secretas y en este momento se desconoce el paradero del padre de las niñas y de su hija Anna, de un año. Desde el pasado 30 de mayo el buque del Instituto Español de Oceanografía rastrea el litoral de Tenerife en busca de algún rastro de Olivia y Anna, de 1 año.

El padre de las menores fue visto por última vez en la marina de Santa Cruz de Tenerife cargando su lancha con varias bolsas y llegó a zarpar hasta en dos ocasiones, aunque nunca fue visto con las menores.