Detectan que no somos capaces de percibir el presente real: El cerebro utiliza imágenes mentales del pasado

El cerebro sufre una lentitud a la hora de procesar la información nueva. Por ello recurre a las imágenes mentales pasadas, para percibir los objetos como inmutables

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

A pesar del mundo constantemente cambiante en el que vivimos, nuestra experiencia perceptiva hace que sintamos una estabilidad en el tiempo. Sin embargo, nuestro cerebro no es capaz de observar el presente. Aunque suene como imposible, un objeto que esté en constante cambio, nosotros lo percibimos como inmutable. Esto es lo que han explicado unos científicos de la Universidad de California en su estudio publicado en la revista 'Science Advances'. Cuando miramos un objeto o una persona no lo vemos tal cual es en el presente, si no como una imagen mental del pasado, que aumenta según el grado de lejanía. Cuanto más lejos estemos de esa persona, nuestra visión será más lejana en el tiempo.

Al parecer, nuestro cerebro sufre de una lentitud a la hora de procesar en tiempo real toda la información nueva que le llega del entorno a través de la vista. Es por esto por lo que nos muestra la imagen (del pasado) más reciente que tenga del sujeto que observamos. "Encontramos que la apariencia del objeto en línea es capturada por la experiencia visual pasada hasta hace 15 segundos", comentan los investigadores en su estudio. Esto quiere decir que tardamos en renovar la información varios segundos.

Nuestro cerebro "viaja" atrás en el tiempo

Los científicos han llegado a la conclusión de que "la representación del objeto se fusiona continuamente en el tiempo y la consecuencia es una estabilidad ilusoria en la que la apariencia del objeto está sesgada hacia el pasado". Esta investigación, junto con los estudios más recientes, dan como explicación a este fenómeno la llamada "ceguera al cambio", la cual implica que no seamos conscientes de los pequeños cambios de nuestro entorno. Los autores explican que "si nuestros cerebros estuvieran siempre actualizándose en tiempo real, el mundo sería un lugar irritante".

Para evitar que nos sintamos confundidos, el cerebro "viaja atrás en el tiempo" y nos envía una imagen mental del pasado. Sin embargo, no sufrimos una ceguera real, si no que la tardanza de nuestro cerebro para adaptarse a los cambios hace que nos aferremos a imágenes del pasado y seamos "ciegos" al presente. Con la intención de comprender mejor cómo funcionan los mecanismos de nuestro cerebro frente a los estímulos cambiantes externos, los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos. Los investigadores obtuvieron la participación de 100 voluntarios, los cuales fueron expuestos a vídeos de 30 segundos en los que aparecían una serie de rostros que iban cambiando con el paso del tiempo.

Pero solo se les mostraban ciertos rasgos faciales (ojos, cejas, nariz, boca, mentón y mejillas). Tras la visualización, les mostraron caras al completo y se les pidió que eligiesen la que creían haber visto en el vídeo. Casi todas las personas escogieron un fotograma que pertenecía a la mitad de la secuencia y no a la del final. Esto demostraba que se habían quedado con la imagen pasada y no con la más reciente, lo cual se asocia a una dependencia serial, empleada para estabilizar la percepción. "Es demasiado trabajo actualizar constantemente las imágenes. Reciclamos información del pasado porque es más rápido, más eficiente y requiere menos trabajo", explican los investigadores.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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