Un juez ha rechazado la denuncia de una adolescente de 13 años contra su madre y su padrastro por malos tratos. El magistrado Julio Guerrero, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Murcia, consideró que su relato no resultaba “creíble”. Es más, el juez pudo advertir un “un interés muy claro por dejar de ser controlada”.

La menor había presentado la denuncia acompañada de una familiar de su madre, donde acusaba a su progenitora de haberle tirado de los pelos tras una discusión y a su padrastro de haberle dado una patada tras reprenderla por no ayudar en las tareas de la casa y hacer sus deberes.

De haber recibido una sentencia favorable a la acusación de la niña, la pareja se hubiera enfrentado a una pena de 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad y una orden que le hubiera impedido acercarse o comunicarse con su hija durante un plazo de un año.

Según La Vanguardia, el juez considera que no hay de pruebas suficientes que acrediten ninguno de estos hechos. Asimismo, la sentencia sostiene que “se ha probado que la denunciante está en una edad difícil, no colabora -como es su obligación- en las tareas de casa, ni obedece y respeta a sus padres, como es igualmente su deber, no soportando las críticas que por su indebido comportamiento le dirigen su madre y la pareja de esta”.

Por último, el magistrado sostiene que “los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella”. En este sentido, entiende que “si esta obligación no se cumple, es lógico que los padres se enfaden y estén molestos con su hija” y advierte que “de ahí a que la golpeen y la maltraten va un trecho que hay que acreditar perfectamente antes de dictar una sentencia condenatoria”.