La nueva moda es ser influencer. Todos vemos la rentabilidad de estas nuevas figuras surgidas en las redes. Otros, sin embargo, cuestionan si es ético pagar ese dinero por una “simple foto”. Pero la cuestión, como en todo, radica en ir más allá: en estudiar el alcance de esa “simple foto”, en el impacto y en la cantidad de gente a la que pueden llegar con un solo post.

El mecanismo, para los menos instagramer, suele realizarse cuando la marca se pone en contacto con el influencer- en la mayoría de ocasiones con su agencia o representartes porque no suelen trabajar individualmente- y a raíz de ahí se organiza y acuerda la campaña o colaboración, que suele ser de 500 euros en adelante. Variará en función de influencer, por la publicación de una foto o historia promocionando el producto.

Lo que está claro es que las empresas se los rifan y ahora los jóvenes sueñan con ser influencers. "No se puede vivir de ser influencer, pero sí de creador de contenidos”, afirma a COPE Karen Sastre. Ella trabaja en Elle Education y es tutora de los programas de moda de la parte digital y defiende que ser creador de contenidos es una profesión, una carrera universitaria y es una persona que crea contenidos que son relevantes, bien para sí mismo o para una empresa. Porque, para ella, ser influencer “no es una persona que sube una foto y ya está, es una persona que se para después a editar esa foto, que piensa un contenido real que le pueda interesar y que le sirva al tercero”.

Los influencers se han convertido en el altavoz del siglo XXI y en unos buenos embajadores de la marca. Por ello, las empresas saben que son figuras relevantes, aunque Karen asegura que “también tienen que tener cuidado las marcas con lo que los influencers dicen de ellos”.

Adela tiene una tienda de moda y ella no ha dudado en recurrir a esta nueva forma de ventas. Envía determinadas prendas a influencers a cambio de publicidad y asegura que de forma inmediata gana seguidores. "La prenda se me agota y mucha gente conoce mi tienda. La publicidad que tenemos que invertir es en redes sociales que es el mercado que mueve todo hoy en día", cuenta.

Y como en todo, se abre el debate y con ello, la división de opiniones. Para Victoria, están un poco sobrevalorados. "Por hacerte ciertas fotos que te paguen ese dineral es excesivo. Si las marcas quieren pagar ese precio es porque lo valen o les sale rentable. Es como una especie de burbuja que en algún momento dejará de funcionar y se desmoronará”, cuenta.

Sin embargo, para Jordi, “ganan lo que se merecen". "Aquellos que están en la cima es porque han conseguido cautivar a un público a través de su esfuerzo y su perseverancia. Si fuera tan fácil, todo el mundo lo haría. De hecho, mucha gente lo intenta y no lo consigue. Como en todos los ámbitos de la vida, aquel que está arriba del todo y es el mejor en lo que hace, merece lucrarse por ello”, explica.