La cultura puede salvarnos. Esta es la idea que se incrustó en un grupo de psiquiatras que exploraron un camino distinto para ayudar a sus pacientes. Luis Fernández Portes es uno de ellos. Forma parte de la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (FAISEM). Y cree que este proyecto derriba un muro que hasta ahora era insalvable: “Las personas con trastorno mental son capaces de un acto creativo”.

El programa del que Fernández es asesor fomenta “la plástica, creatividad, expresión corporal, escritura creativa”, explica el doctor. Con ello, se consigue poner en valor las “ideas, emociones”, lo que es especialmente importante en personas con enfermedad mental porque habitualmente, sus emociones “difícilmente se pueden plasmar en palabras”. El psiquiatra explica que la expresión artística permite “hacer visible lo invisible”.

La eficacia de programas como este está demostrado con su puesta en práctica. Fernández cree que “es muy útil” para su “integración y recuperación”. Lo consigue a través de fomentar el cumplimiento de “tratamientos farmacológicos o psicoterapéuticos” y de desarrolla “el horario, sus responsabilidades y que la persona vaya tomando conciencia de su mejoría en todos los sentidos”.

El resultado que ha tenido en los pacientes es una mejora de las “patologías e incluso el sufrimiento”. Cuando realizan estas actividades se acrecienta “la comunicación interpersonal y el sentimiento de pertenencia a un grupo”. Beneficios que ayudan a sanar a los pacientes, pero también a la comunidad: “Contribuye a mejorar la imagen social de las personas que padecen una enfermedad mental y contra el estigma que esta patología genera”.

Hay varios centros que han organizado talleres y visitas para las personas con enfermedades mentales. Entre ellos, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, desde el año 2016. Cada taller consistía en “una visita guiada por el museo” seguido de “una tarea interpretativa”. En Málaga, en el Museo Jorge Rando, “se han presentado pinturas de las propias personas que sufren estas patologías”. En el resto de la provincia también “se han llevado a cabo visita culturales”.

Estas experiencias “han demostrado ser altamente eficaces con nuestro objetivos”, aclara Fernández. El proyecto ha cumplido, pero no ha terminado: “Tenemos la idea de seguir”.