Actores como Al Pacino, Tom Cruise, Ben Stiller, Gael García Bernal o uno de los nuestros, Javier Gutiérrez; cantantes como Bono de U2 o Bruno Mars, presentadores como Pablo Motos o políticos como el francés Nicolás Sarkozy, todos tienen algo en común. Todos son bajitos. Si ponemos el foco en las mujeres: Lady Gaga, Kylie Minogue, Shakira o Alaska. Ni para ellas ni para ellos, la estatura ha sido freno o impedimento para triunfar en su faceta profesional o personal.

Es cierto que hay muchas maneras de ganar algunos centímetros, "visuales", con nuestra forma de vestir o calzar: tacones o alzas; la ropa a medida -ni muy estrecha ni ancha-; el largo de camisas o camisetas a la altura de la cadera; las chaquetas entalladas y siembre abotonadas; olvida la manga corta, mejor manga larga un poquito remangada. Pero todo esto no deja de ser mera estrategia estilística, sin embargo, sí hay una manera de crecer, de crecer literalmente. Se trata del alargamiento de huesos, una operación arriesgada -que poco a poco se va perfeccionando-, y con la que se puede llegar a medir entre 5y 10 centímetros más.

La intervención es dolorosa y cara, "es como comprarse un coche de lujo", dice uno de los pocos cirujanos españoles que la realizan. Suele costar unos 50.000 euros, hasta 70.000 dólares en Estados Unidos. Es solicitada sobre todo por hombres, aunque está aumentando mucho la demanda entre las mujeres sobre todo en países orientales como China.

El origen de esta técnica lo encontramos en Rusia tras la Segunda Guerra Mundial. Gavriil Ilizarov, un traumatólogo conocido como el mago de Kurgan (una pequeña localidad de Siberia), puso en marcha el conocido como método Ilizarov con el que consiguió recuperar de graves mutilaciones y lesiones óseas a soldados heridos en batalla. Durante mucho años, la complicada técnica del doctor Ilizarov solo se llevó a cabo en Rusia hasta que dos traumatólogos italianos Maiochi y Catagni decidieron realizarla en Europa.

En la actualidad, el alargamiento óseo se practica en todo el mundo, eso sí, se trata de una cirugía más perfeccionada con la que se introduce un dispositivo, como un tornillo, en el canal medular del fémur que se corta en un punto, lo que permitirá ir ganando centímetros. En España, uno de los especialistas que realiza esta cirugía es el doctor Javier Downey.

Un proceso largo, pero bien hecho es muy satisfactorio

¿Es una operación segura? La respuesta del doctor Downey es tajante: "Con el sistema que tenemos ahora es una operación muy segura". Y para despejar las dudas sobre cómo se lleva a cabo, el cirujano ortopédico contaba en Tiempo de Juego de la Cadena COPE que la operación consiste en "introducir en el fémur un clavo electromagnético de alargamiento. Los huesos son tubos huecos, hay que horadar en el hueso un tunel para que entre el clavo, para que se adapte; después de eso, se corta el hueso y se introduce el clavo que se fija cerca de la rodilla y de la cadera con dos tornillos. Una vez fijado el clavo, a la semana se inicia el alargamiento, no se puede empezar antes porque el hematoma fracturario no permite que se regenere el hueso".

Trascurrida esa semana, añade el doctor Javier Downey, "se va alargando la medida del clavo un milímetro al día", por lo que a los diez días se ha alargado un centímetro, y a los 80 días, 8 centímetros, lo que supone que el alargamiento se ha terminado a los tres meses. Pero aquí no termina todo porque no solo consiste en alargar el hueso sino que hay que evitar complicaciones. Consolidar el hueso y evitar problemas en los ligamentos y los músculos porque "el músculo se tiene que ir estirando poco a poco" advierte el doctor. Por eso, es muy importante tener un equipo de fisioterapeutas y que "el paciente se someta cada día a una hora de fisioterapia que se complementa con ejercicios en casa".

A los tres meses, aproximadamente, se termina el proceso de alargamiento, pero ¿se puede hacer vida normal? "No se puede hacer vida normal, hay que esperar 8 meses, porque por cada centímetro que se alarga es un mes de convalecencia. Hasta que la persona pueda volver a correr y hacer su vida cotidiana se tarda un año", subraya el doctor Downey en COPE dejando claro que sí, el proceso "es largo (porque bien, bien, no se va a estar hasta casi dos años después de pasar por el quirófano), pero "si se hace bien, el paciente queda contento".

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Una moda extendida entre los ingenieros de Silicon Valley, no exenta de riesgo

Es muy difícil encontrar a una persona alta descontenta con su estatura, sin embargo, toparse con un bajito al que le gustaría ser más alto es algo más habitual. Puede llegar a ser un problema, lo que en psicología se llama disforia de estatura lo que provoca tristeza, ansiedad e irritabilidad solo corregible cuando la persona se opera y consigue mediante la cirugía esos centímetros que la naturaleza y la genética le negaron.

El doctor Downey reconocía en Tiempo de Juego que debido a la complejidad de la cirugía y su coste, suele realizar una operación al año, sin embargo, en Estados Unidos, el doctor Kevin Debiparshad, especialista también en la materia y que tiene un consultorio en Las Vegas, confesaba en una entrevista a la BBC que hay meses que puede operar a 50 personas, la mayoría de ellas hombres.

Porque de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda, sobre todo entre los ingenieros de Silicon Valley operarse para ganar altura como si de una operación de estética se tratara. Y como advierte el especialista español, esta cirugía no debe tomarse a la ligera "hay que hacer un estudio antropométrico previo para no desproporcionar mucho al paciente porque siempre se desproporciona algo" y "hay gente que se va a hacer estas operaciones a otros países y cortar un hueso y meter un clavo lo sabemos hacer todos los traumatólogos, se aprende pronto en la formación, pero que esté bien hecha...".

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Decidir operarse para ganar altura no es una decisión que se pueda tomar a la ligera como dice el doctor Javier Downey. Algo en lo que inciden la mayoría de los traumatólogos que llevan a cabo esta operación en todo el mundo como el doctor Shahab Mahboubian, que tiene una clínica en California (EE.UU) y que tiene claro que esta intervención "cambia la vida de la gente, pero no es para todo el mundo, solo para aquellos que necesitan ser más altos, por su trabajo o por sus relaciones".