Las cifras de la eutanasia en España tras cuatro años de ley: Cataluña es la zona en la que más se practica
Desde el 25 de junio de 2021 y hasta diciembre de 2023, último dato oficial publicado por el ministerio de Sanidad, se han producido 1515 solicitudes y se han practicado 697 eutanasias

Carmen Labayen hace balance de los cuatro años de la ley de la Eutanasia
Madrid - Publicado el
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Han pasado ya cuatro años desde la aprobación de la Ley de Eutanasia en España, y el balance arroja cifras que muestran una implantación desigual por comunidades y un volumen moderado si se compara con otros países europeos donde esta práctica lleva más tiempo regulada. Desde el 25 de junio de 2021 y hasta diciembre de 2023, el Ministerio de Sanidad ha contabilizado un total de 1.515 solicitudes de eutanasia en todo el país, de las cuales 697 se han llevado finalmente a cabo. Es decir, el 46% de las peticiones se han atendido.
Una cifra relevante si se tiene en cuenta que España carece aún de una ley nacional de Cuidados Paliativos, a pesar de que, según denuncian asociaciones médicas y expertos en bioética, esta prestación es vital para garantizar el acompañamiento digno al final de la vida. Cada año, alrededor de 200.000 personas mueren en España sin acceder a cuidados paliativos adecuados, una situación que contrasta con la legalización de la eutanasia, cuya tramitación parlamentaria avanzó más rápido que la normativa para cuidados integrales al final de la vida.
Cataluña lidera en número de casos
En el reparto territorial, Cataluña se sitúa como la comunidad donde más eutanasias se han practicado desde la entrada en vigor de la ley. Hasta diciembre de 2023, esta autonomía ha registrado un total de 361 casos, lo que representa más de la mitad de todas las eutanasias realizadas en el país.
La tendencia, en palabras de la periodista Carmen Labayen, muestra un crecimiento progresivo de solicitudes año tras año, aunque “a menor ritmo, también crecen las concesiones”. Sin embargo, el volumen aún se mantiene por debajo de lo que se ha visto en otros países europeos que legalizaron esta práctica hace más tiempo.
José Ramón Amor, coordinador del Observatorio de Bioética de la Fundación Pablo VI, recuerda que “los casos practicados han sido significativamente inferiores a lo que cabría esperar, comparados con otros países cuando se introdujo la eutanasia”. La comparación más evidente es con Países Bajos, uno de los pioneros en Europa, donde la eutanasia representa actualmente el 5,8% de la mortalidad total, frente al 0,67% que supone en España.
Debate pendiente sobre la muerte digna
El balance de estos cuatro años deja claro que, aunque España ha avanzado en el derecho a morir, queda mucho por hacer en el derecho a una atención paliativa universal y de calidad. Desde el ámbito médico y ético, se insiste en la necesidad de no contraponer ambas realidades: la eutanasia como decisión personal en casos extremos y los cuidados paliativos como un pilar esencial del sistema sanitario.
La falta de una ley específica de cuidados paliativos ha sido señalada como una carencia grave que afecta tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios. Tal como informa el Ministerio de Sanidad, la prestación de ayuda para morir está garantizada en todo el Sistema Nacional de Salud, pero no ocurre lo mismo con las unidades especializadas en paliativos, que dependen en gran medida de la voluntad y los recursos de cada comunidad autónoma.
En este cuarto aniversario de la ley, se reabre el debate sobre si la legalización de la eutanasia ha ido acompañada de los recursos necesarios para que todas las personas puedan morir sin sufrimiento evitable. La respuesta, por ahora, parece incompleta. Como resume Labayen, “seguimos sin garantizar cuidados paliativos a miles de personas mientras se consolidan las cifras de eutanasia”.