En plena cuarentena son muchos los que han decidido fabricar sus propias mascarillas para reducir las opciones de contagio. Para ello hay unos materiales mejores que otros. Lo ha explicado a COPE el Doctor Guillén, Director de Medicina Preventiva de la Clínica Universidad de Navarra: “Lo mejor sería el algodón de las camisetas o las fundas de almohada”. No podemos pretender que una mascarilla casera supere en eficiencia a una quirúrgica, pero partiendo de esa base las alternativas parecen claras. Las primeras filtran entre un 65% y un 69%, mientras que las que habituales en centros sanitarios elevan ese porcentaje hasta el 97%.

Guillén insiste en que “no sólo es llevarla sino utilizarla correctamente”. Ajustarla bien para que no entre aire por los lados es clave. Es más, por ese motivo se descartan otros materiales más rígidos que, pese a poder filtrar mejor, no se adaptan al rostro adecuadamente. 

Otro a los factores a los que debemos prestar atención es a la durabilidad que le damos a las mascarillas: “Si se mojan o se contaminan con secreciones habría que desecharlas. También pierden eficacia si se lavan”, explica Guillén. En base a las pruebas que han realizado, podrían durar alrededor de diez días, aunque esto puede variar en función del uso que se le den a las mascarillas. 

Preguntado por el escenario actual que ha provocado la crisis del coronavius, el máximo responsable del área de medicina preventiva de la Clínica Universidad de Navarra lo tiene claro: “No es un sprint, esto es como un maratón. Tenemos que aguantar hasta que acabe”, ejemplifica. Por el momento, se queda con la solidaridad y actitud que están mostrando sus compañeros: “Está la gente con muy buen espíritu, intentando servir a la comunidad que es por lo que escogemos esta profesión que es una vocación”.