Médicos del Mundo lucha sin tregua, junto a otras onegés, en la República Democrática del Congo contra el mayor brote de Ébola declarado en la historia de este país centroafricano. Un brote que se ha cobrado ya la vida de 1.300 en menos de un año. La ciudad de Botembo es la más afectada. Con el Ébola además llueve sobre mojado. Este virus letal afecta a una zona muy castigada ya por otras enfermedades como la malaria y con un sistema de salud muy precario.

 Allí, en la provincia de Kivu Norte, trabajan de forma heroica y bajo el paraguas de Médicos del Mundo tres madrileños, entre ellos Paloma González, coordinadora de emergencias en la lucha contra el Ébola, quien asegura a COPE que “sin tener en cuenta otros factores como la ausencia de un sistema de salud potente o las otras enfermedades que golpean al Congo y otras prioridades de la población congoleña, será muy difícil erradicar este brote de Ébola”.

A mayores, los trabajos de estos agentes sanitarios se ven dificultados constantemente por la violencia desplegada por decenas de grupos armados. En muchos casos, estos paramilitares atentan contra los propios hospitales donde se atiende a las personas infectadas.

“Hay más de cien grupos armados en esta zona y la población está expuesta a la violencia. Todo ello provoca que se considera al Ébola solo como una causa más de mortandad”, añade Paloma González.

La ONU sigue pidiendo más recursos para afrontar este brote de Ébola. Un virus que tuvo su origen en el río Ébola del Congo en 1976 y que se puede transmitir, a través de  fluidos como sangre, saliva o semen, entre los seres humanos pero no a través del agua o el aire ni antes de presentar síntomas. No se contagia tan fácilmente como un resfriado o la gripe.