Cerca de 300.000 personas en España han aprobado el examen teórico de conducir y están a la espera de la prueba práctica. Una vez solicitado el examen, los aspirantes suelen esperar entre una semana y 10 días. Sin embargo, en algunas provincias como Barcelona, Granada, Girona, Tenerife o Cáceres acusan una espera mayor, que puede alcanzar los 10 meses. La falta de examinadores y los problemas en las autoescuelas están detrás de la situación.

En enero de 2021 casi 400.000 personas habían hecho el teórico y tenían pendiente el práctico, 342.000 en junio de 2022. Entre el teórico y el práctico puede pasar un máximo de dos años y parte de los que aún no se han examinado están aún en formación. El resto se encuentran a la espera de ese segundo examen para poder sacarse el carné de conducir.

Son datos que obtuvo la empresa Formaster dedicada a la formación de transportistas que, tras solicitar las cifras a la Dirección General de Tráfico, consideran que serán necesarios 4 años para eliminar la actual lista de espera.

En la DGT consideran, en cambio, que no hay un embotellamiento generalizado. Y es que según explica en COPE su secretaria general María Lidón Lozano: ‘‘No tenemos 300.000 personas llamando a las puertas de Tráfico queriendo examinarse’’.

La falta de examinadores, la eterna reivindicación

En España hay unos 900 examinadores en las jefaturas provinciales de Tráfico. El pasado día 26, la DGT dio luz verde a un refuerzo de otros 50 profesionales que se repartirán por 28 provincias.

‘‘Es cierto que coyunturalmente podemos tener problemas de falta de examinadores, por eso enviamos a examinadores itinerantes de refuerzo. Estamos hablando de exámenes para obtener el permiso de conducir un vehículo que es susceptible de provocar daños en la vía pública. Y abogamos por un examen de calidad con unas aptitudes que se asumen en un tiempo’’, añade Lozano.

‘‘Todos deberíamos ser honestos y decir cuántas gente está preparada hoy para examinarse mañana. Esa es la realidad de la lista de espera. En algunos sitios puede haber retraso’’, explica Vanesa Fernández examinadora en Vigo y miembro de la asociación Asextra.

‘‘Somos conscientes de este esfuerzo de la DGT, pero proponemos que se puedan incorporar 400 examinadores, o favorecer que puedan moverse entre provincias si se les necesita’’ comenta Antonio Macedo, presidente de Formaster. ‘‘Que el personal examinador se dedique a examinar y no a otras labores’’, añade. Sin embargo, ‘‘hay días que los examinadores se quedan en las oficinas porque no hay suficientes alumnos para examinar’’ añade Vanesa Fernández. En otros casos, se exige más personal administrativo, aparte de examinadores. Lo hace Juan Varela. Es profesor de autoescuela en Granada desde hace 40 años, y presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de la provincia una de las más perjudicadas por la bolsa de alumnos en espera.

‘‘El pasado mes de septiembre teníamos 8.000 alumnos con el teórico aprobado. Y eso no es lo normal. Gracias a la presión de la Confederación Nacional de Autoescuelas y Granada, hemos conseguido que nos envíen examinadores, aunque sean interinos, para juntar a 21. En Granada es una cifra normal y esperamos que en cuatro meses podamos tener una bolsa de alumnos más normalizada de unos 1.500 alumnos’’, explica Varela.

Su número nunca va a ser cero, pero ‘‘lo normal es que un alumno que aprueba el teórico no pase de los dos meses para presentarse al práctico. Sin embargo, tenemos alumnos que han tenido que esperar hasta 10 meses’’ indica Varela. Y añade que esta situación tan grave se debe a la pandemia sumado a una permanente falta de examinadores.

También en Cataluña la situación es problemática. Hay 67.000 alumnos que han aprobado el teórico y están a la espera del práctico. Joan Sala es el presidente de la Federación. ‘‘En Cataluña hay examinadores que no han llegado, pero cuentan como tal, otros no están examinando y tampoco tenemos interinos’’. Máximo González es coordinador de exámenes en Barcelona y añade: ‘‘Barcelona es la provincia en la que más exámenes salen por examinador, pero quizás hagan falta más interinos’’.

“Necesitamos más examinadores’’ especialmente en las épocas posteriores a las vacaciones o los puentes que es cuando más alumnos se acumulan, reivindica Antonio Macedo. Son momentos en que entran en juego los interinos, para evitar retrasos. Por su parte, Manuel Santiago, del sindicato de Funcionarios CSIF, asegura que la situación empezó en 2008: ''Las tasas de reposición de examinadores fue cero en aquella crisis. Hoy la plantilla se mueve en torno a 900, pero si los examinadores fuesen 1000, la cifra sería ideal, aunque sean itinerantes''.

Situación de las autoescuelas

Desde hace tres años no entran profesores de autoescuela nuevos. Desde 2019 el Estado no saca a concurso la formación del último año de estos aspirantes, y llevan este tiempo esperando la licitación. ‘‘Hablamos que faltan en torno a unos 2.000 profesores en el sector en toda España’’, explica Álvaro Llamas profesor de autoescuela en Sevilla y presidente de ANAES (Asociación Nacional de Autoescuelas). Este curso ha comenzado el primer curso de Formación Profesional de profesores de autoescuela en España, que busca aliviar la falta de profesores.

La consecuencia directa es que haya alumnos que no puedan empezar a dar clases prácticas. Ana Izaro es profesora de conducir en Bilbao y presidenta de la Asociación de Trabajadores de Autoescuela de Bizkaia y ve el problema en su provincia. ‘‘En Bizkaia no hay problemas de espera para el examen práctico, pero sí para empezar las clases. La lista de espera es diferente según la autoescuela, y en algunas pueden esperar hasta un año en que los aprobados del teórico se monten en el coche’’.

Además, muchos profesores abandonan el sector para irse al transporte público, de mercancías o a otras empresas en busca de mejores condiciones.

Cabe destacar el caso de regiones que sufren la despoblación, como Castilla y León. Arcadio González es profesor de autoescuela en Valladolid y es el presidente de la Federación de Autoescuelas de esa comunidad autónoma. ‘‘Aquí no hacen falta examinadores ni profesores, sino alumnos. En general falta que muchos jóvenes se asienten, y son clientes perdidos. Las plantillas de examinadores y profesores está sobredimensionada para la demanda que tenemos’’.