José Antonio Primo de Rivera mantuvo un papel fundamental en la política española, dentro de un período en el que destacó de forma especial la inestabilidad. Fue la Segunda República, una etapa caracterizada por los enfrentamientos prácticamente diarios entre grupos de izquierdas y de derechas, de los que el fundador de La Falange no se libró.

Sin embargo, a pesar de su gran repercusión histórica, la vida privada de Primo de Rivera sigue siendo un auténtico misterio. Hasta hace tan solo unos meses, cuando un investigador descubrió “un documento inédito y curioso” mientras investigaba sobre la vida de Primo de Rivera.

La encuesta del joven José Antonio

Recientemente el escritor e investigador, José María Zavala, publicó un reportaje en el diario ‘La Razón’ en el que hacía público un “divertido cuestionario de veinte preguntas” que le hizo a José Antonio una de sus primas el 11 de abril de 1920, tan solo trece días antes de cumplir diecisiete años. “Tuve acceso a este curioso e inédito documento mientras investigaba en su día y milagros de la fundadora de la Sección Femenina de Falange Española”, asegura el autor.

José Antonio Primo de Rivera contestó a veinte preguntas. Algunas de ellas relacionadas con el amor, en las que aseguraba que una de las cualidades en las que más se fijaba en una mujer era “la naturalidad” aunque también le daba especial importancia a la “agilidad”. A modo irónico, aseguraba que le daba igual tener suegra si se casaba “sobre todo, si está lejos”. En este sentido, el joven Primo de Rivera aseguraba que le gustaba tomar la vida “por donde ponen los cartelitos “llevad la izquierda”” y sus mejores recuerdos estaban en “Alfaro”, donde estuvo cuando apenas tenía un mes de edad. Además aseguraba que le hubiera gustado viajar “por el Norte de Europa”.

Asimismo, José Antonio reveló que su héroe favorito fue Hernán Cortés, que sentía especial envidia por Cristóbal Colón, que su deporte favorito era el diábolo y admitía que su mayor defecto era “la misantropía”.

No obstante, una de las cuestiones que más llama la atención fue la relacionada con su muerte. “¿Piensas llegar a muy viejo?”, fue la pregunta que le hizo su prima. “Creo, ¡ay!, que no”, contestó José Antonio. Ya por aquel entonces, tan solo dieciséis años antes de su muerte y precisamente con solo dieciséis años, José Antonio vaticinó, sin darse cuenta, su propio futuro.

El arresto y la muerte de Primo de Rivera

Las ideas de Primo de Rivera le crearon numerosos enemigos, alguno de los cuales estuvo detrás de su arresto, que se produjo el 14 de marzo del año 1936 en Madrid, tan solo cinco meses de que diera comienzo la Guerra Civil Española. José Antonio fue detenido bajo la acusación de posesión ilícita de armas. Tan solo un día después, el 15 de marzo, ingresó en la cárcel Modelo, donde permanecería hasta el 5 de junio de 1936, cuando fue trasladado a la prisión de Alicante.

El fundador de La Falange fue fusilado el 20 de noviembre del año 1936, con 33 años, en la prisión de Alicante, en plena Guerra Civil. Primo de Rivera había sido juzgado y condenado en el ámbito castrense por un delito de rebelión militar. Enterraron su cuerpo en una fosa común de la cárcel alicantina. No obstante, se cree que el fusilamiento fue premeditado y que, además, el entonces dictador, Francisco Franco, tenía pleno conocimiento de ello. Cuando terminó la guerra, los sublevados recuperaron el cadáver de Primo de Rivera de la fosa común y lo enviaron desde Alicante hasta El Escorial.