Aumentar los ingresos sin quebranto de los contribuyentes, el motivo que llevó al ministro Ciriaco González Carvajal a crear la Lotería Nacional
Loterías y Apuestas del Estado ha estrenado hoy el anuncio del Sorteo Extraordinario de Navidad de 2025
Una mujer mayor guarda en su cartera un décimo para el Sorteo Extraordinario de Navidad del año 2024
Madrid - Publicado el
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El nuevo anuncio de la Lotería de Navidad 2025 gira en torno a un décimo enmarcado, símbolo de recuerdos y emociones, más allá del valor económico de un premio. La historia, protagonizada por Vero y Max, se desarrolla en un mercadillo donde la pareja encuentra un boleto enmarcado que fue premiado hace treinta años con un quinto premio. A partir de ese hallazgo, se desencadena una búsqueda cargada de curiosidad, suspense y ternura por descubrir quién fue su dueño original.
La campaña, creada por la agencia Proximity Madrid y dirigida por David Vigil, pretende transmitir que el verdadero valor de la Lotería no reside en el dinero, sino en los sentimientos y vivencias que la acompañan. Según Vigil, el propósito es resaltar cómo un simple décimo puede convertirse en un objeto cargado de significado personal y emocional, un reflejo de los vínculos humanos y de las historias que conectan a las personas.
El anuncio, presentado por el presidente de Loterías y Apuestas del Estado, Jesús Huerta, destaca el componente simbólico del décimo navideño, un objeto que para muchos españoles representa esperanza, ilusión y memoria compartida. La trama revela finalmente que el boleto pertenecía a un anciano que decidió no cobrar el premio porque en él su hija había escrito: "Papa, vas a ser abuelo", dando sentido al mensaje central del anuncio: hay emociones que valen mucho más que el dinero.
Con esta historia, Loterías recupera su enfoque más emotivo y tradicional, apelando a los valores de cariño, unión familiar y generosidad que caracterizan la Navidad. Más que invitar al juego, la campaña busca conectar con los sentimientos del público y mantener viva una tradición que lleva 213 años emocionando a España cada 22 de diciembre, cuando las voces de los tradicionales niños de San Ildefonso marcan el inicio de la ilusión colectiva.
Imagen de archivo
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
A finales de octubre de 1807, el favorito y primer ministro del rey Carlos IV, Manuel Godoy, firma con los franceses el conocido Tratado de Fontainebleau por el que se permite a las tropas napoleónicas cruzar el territorio español para conquistar Portugal y de ese modo poder repartirse tanto sus propiedades peninsulares como sus posesiones de ultramar.
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Napoleón, sin embargo, incumple su promesa de no atacar España. Comienza enviando cada vez más y más tropas para que crucen la frontera y se establezcan en diversos puntos de la geografía hispana.
Acto seguido empieza a trasladar a todos los miembros de la familia real a Bayona, donde, con la excusa de reconciliar a Carlos IV con Fernando VII, intenta arrebatarles la Corona.
Finalmente, el 2 de mayo de 1808, al grito de "¡Traición! ¡Que nos los llevan! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todas las personas reales! ¡Muerte a los franceses!" estalla la Guerra de la Independencia española que tiene como objetivo único y último expulsar a nuestros vecinos de arriba de nuestro territorio nacional. Francia es, en esa época, todo un país de okupas que van por toda Europa intentando anexionarse tierras ajenas.
La invasión francesa es un desastre para todos. Las tropas de Napoleón no consiguen doblegar a un pueblo español que le hace frente como buenamente puede bajo el sistema de guerra de guerrillas. Pero los nacionales sufren en sus propias carnes las atrocidades de una contienda que ha dividido al país en dos bandos: patriotas y afrancesados. Cádiz es la única ciudad que resiste libre, gracias, en parte, a la ayuda de los ingleses. En ella se instalan las Cortes de Cádiz que redactan y promulgan la Constitución de 1812, conocida como "La Pepa" por aprobarse el 19 de marzo.
'El 2 de mayo de 1808 en Madrid', Francisco de Goya y Lucientes (1814)
ESPAÑA SIN DINERO
En 1811, la guerra cumple tres años y todavía faltan otros tres para que se confirme la victoria de los españoles sobre las tropas francesas. Pero mientras eso llega, las arcas del Estado no pasan por su mejor momento. De hecho, la defensa está saliendo cara y no hay dinero para mantener al ejército ni sostener la administración.
La situación de España es la siguiente: buena parte del territorio nacional está ocupado, el comercio ha quedado paralizado y los ingresos fiscales se han desplomado. El Estado, sin recursos estables, sobrevive gracias a préstamos forzosos y a la emisión de deuda, mientras que en la Tacita de Plata los diputados, reunidos en Cortes, intentan gobernar un país arruinado por la guerra.
A la crisis bélica se suma la grave desorganización económica y monetaria. La circulación del dinero es irregular, la recaudación apenas alcanza las zonas no ocupadas y la inflación se dispara. Muchos funcionarios y soldados se pasan meses sin cobrar nada, y el peso de la financiación recae sobre las ciudades fieles y sobre donativos voluntarios.
Retrato de Ciriaco González Carvajal
LA OCURRENCIA DE UN MINISTRO
En ese contexto aparece Ciriaco González Carvajal. El sevillano es por aquel entonces ministro del Consejo y Cámara de las Indias y, como tantos otros españoles, está sufriendo las ocurrencias de Napoleón, a quien se le ha antojado quedarse con España para él o para su hermano, "Pepe Botella".
A González Carvajal, que ha pasado muchos años en las Indias, se le ocurre una idea para sanear las cuentas: crear en España una nueva modalidad de lotería, heredera de la que, desde el año 1771, funciona en México (antes Nueva España).
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El ministro busca un medio para aumentar los ingresos del erario público sin provocar quebranto a los contribuyentes. Dicho de otro modo, quiere recaudar, pero de forma bonita, sin saquear a nadie. Para ello, a finales de 1811, propone a las Cortes un proyecto nuevo de lotería nacional que revitalice la establecida por el rey Carlos III en 1763, una tradición que el monarca importó del Reino de Nápoles.
Durante la sesión del 22 de noviembre, "autorizaron las Córtes al Consejo de Regencia para lleve á efecto del modo que considere más útil y conveniente el proyecto de una nueva lotería con el título de Nacional, presentado por D. Ciriaco Gonzalez Carvajal, ministro del Consejo y Cámara de Indias, y remitido por el encargo del referido Ministerio".
La propuesta es todo un éxito, como hemos visto y como podemos seguir comprobando hoy en día. Así, nace la llamada Lotería Moderna. Esta es la denominación que adquiere con el propósito que no se confunda con la Primitiva de 1763. El primer sorteo se celebra, como no, en Cádiz el día 4 de marzo de 1812. En un principio el sorteo se circunscribe a Cádiz y San Fernando, pero pronto, poco a poco, se extiende a Ceuta y al resto de Andalucía a medida que retrocedían las tropas napoleónicas.
72480: El Gordo de la Lotería de Navidad 2024, cantado por los niños de San Ildefonso de Madrid Piero Rai Chávez y Alisce Ríos
Para encontrar el primer Sorteo Extraordinario de Navidad debemos viajar hasta el día 18 del mes de diciembre de 1812, en el que el primer número premiado con el Gordo —de ocho mil reales— es el 03604. Posteriormente, el 28 de febrero de 1814 tiene lugar el primer sorteo en Madrid, ciudad que desde entonces se convierte en la sede permanente de la Lotería Nacional.